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Influencia de familia de Trump provoca recelos

  • 18 noviembre 2016 /

Aunque la ley prohíbe que desempeñen cargos remunerados, es más ambigua con los puestos de consejeros

Nueva York, Estados Unidos

Ivanka Trump con el primer ministro japonés Shinzo Abe, su marido Jared Kushner que quiere participar en las reuniones diarias sobre seguridad en la Casa Blanca: la familia de Donald Trump es omnipresente y alimenta los temores sobre los conflictos de interés y la falta de experincia.

Las fotos de la primera reunión del magnate con un líder extranjero el jueves provocó un torrente de tuits de numerosos simpatizantes de Hillary Clinton indignados.

En una de ellas aparece Ivanka, siempre muy elegante, sentada con su padre y el dirigente japonés en la Torre Trump, convertida en el cuartel general del próximo mandatario estadounidense. En otra, Abe y Trump hablan ante la mirada de Ivanka y de su esposo Jared.

Foto: La Prensa

Ivanka Trump aparece junto a su padre cuanto este recibió al primer ministro japonés, Shinzo Abe.
'Conflicto de intereses es un eufemismo', dijo Matt Ortega, un responsable de la campaña digital Clinton. 'OMGOMGOMGOMGOMG' por 'Oh My God' (Oh mi Dios), reaccionó la revista de izquierda Mother Jones.

El diario The New York Times afirmó el jueves, citando fuentes anónimas, que Kushner ha contactado a un abogado para informarse sobre la posibilidad de entrar en la administración de su suegro.

Ley antinepotismo

Pero una ley antinepotismo adoptada en 1967, luego de que el expresidente John F. Kennedy nombrara a su hermano Bobby secretario de Justicia, prohíbe en principio a todo miembro de la familia directa o política de un presidente detentar un empleo remunerado en una agencia federal.

La legislación es, sin embargo, más ambigua en lo que se refiere a cargos de consejeros en la Casa Blanca, según medios estadounidenses.

Tras ser electo, Trump ha dado señales de que planea continuar dando a su familia un papel primordial en su gobierno.

Durante la campaña, el magnate inmobiliario se apoyó en sus hijos Eric, Donald Jr. e Ivanka, también muy implicados en sus negocios. Jared, de su lado, fue un fiel consejero.

'Primero hablar a los expertos'

La influencia que ejerce la familia Trump no es nueva, recuerda Sam Abrams, profesor de Ciencias Políticas en el Sarah Lawrence College de Nueva York.

Desde Eleanore Roosevelt a Michelle Obama, pasando por las familias Kennedy y Bush, las esposas y los hijos desempeñan con frecuencia un rol importante en la toma de decisiones de los presidentes, aunque en la mayoría de los casos es un proceso informal. La ley antinepotismo nunca impidió que eso ocurriera, subraya.

Según Daniel DiSalvo, experto del City College de Nueva York, el multimillonario republicano representa una combinación inédita por 'la naturaleza de su negocio'.

'Su nombre representa gran parte del valor de sus activos, como sus edificios y campos de golf, la importancia de su fortuna y los hijos adultos' que ha metido en sus negocios, señala.

'Todo eso favorece los eventuales conflictos de interés', afirma DiSalvo, que 'no serán resueltos' con la creación de un 'blind trust', una sociedad fiduciaria que gestionarán sus hijos en la que no tendrá ningún poder.

Ivanka Trump dio un paso en falso la semana pasada cuando la marca de joyas que lleva su nombre quiso promocionar uno de sus brazaletes, que lució en la primera entrevista televisada concedida por su padre luego de la elección.

Según Abrams, aunque la influencia de la familia Trump no tiene nada de sorprendente, el magnate comete un error poniéndola en primer plano desde ahora, sobre todo cuando todavía no ha nombrado a reconocidos expertos que estén exentos de polémica para integrar su gobierno.

'Es normal implicar a la familia. Pero cuando uno va a reunirse con Shinzo Abe, un aliado cercano de Estados Unidos, es necesario hablar primero con los expertos en lugar de ir a ver a Jared y preguntarle: '¿Tú qué opinas?'', apunta Abrams.

Expertos citados por medios estadounidenses mostraron su preocupación el jueves por que Trump no solicitara ser informado por el Departamento de Estado antes de reunirse con el dirigente japonés.

'Hay tanto rencor, tanta frustración' tras la elección, estimó Abrams, 'es un mal liderazgo cuando se sabe que algo no funciona y que la gente está enfadada (...) Eso no ayuda a los estadounidenses a sentirse mejor', sostiene.