03/12/2025
07:04 PM

'Este será un Gobierno de puertas abiertas y diálogo”

El nuevo presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, asumió ayer despertando grandes expectativas y ante unas 80 delegaciones que asistieron a su toma de posesión.

San José, Costa Rica.

El historiador Luis Guillermo Solís comenzó ayer su andadura como presidente de Costa Rica para el período 2014-2018 con una promesa de transparencia y diálogo abierto para todos los sectores y con la advertencia de que combatirá frontalmente la corrupción.

Solís, del centro-izquierdista Partido Acción Ciudadana (PAC), juró ayer como el mandatario número 47 del país, con lo que sustituye en el poder a Laura Chinchilla, la primera mujer que ha gobernado Costa Rica. El nuevo Presidente hizo un llamado al diálogo en su primer discurso presidencial, pronunciado ante miles de personas y unas 80 delegaciones internacionales durante la ceremonia de transmisión de mando en el Estadio Nacional, en San José. “Este será un Gobierno de puertas abiertas, de consulta y diálogo permanente con los actores de las sociedad que alzan su voz y tienden su mano”, expresó Solís en su primer discurso como Presidente. Experto en ciencias políticas, Solís alcanzó la Presidencia en una segunda vuelta celebrada el pasado 6 de abril, en la que consiguió la cifra inédita en unos comicios de 1.3 millones de votos, casi el 78% de los emitidos.

En la búsqueda de alianzas

Sin embargo, gobernará con un Congreso dividido entre nueve partidos políticos, ninguno con una mayoría contundente, lo que el nuevo gobernante ha interpretado como un mandato de la ciudadanía para negociar, buscar acuerdos y dialogar.

“Convoco a un espíritu negociador con respeto para alcanzar el desarrollo que anhelamos. Un diálogo fecundo basado en la transparencia”, manifestó el mandatario. “Ese diálogo incluso bajo las mejores circunstancias no dará resultado si quienes lo emprendan no están dispuestos a mirar hacia el futuro”. El Presidente dijo que instituciones del Estado, organizaciones gremiales, colectivos, poblaciones y movimientos de toda índole deben contribuir a reducir la desigualdad y construir una economía que genere bienestar para todos. Reiteró su llamado a “negociar de buena fe, superando miedos y con respeto por encima de intereses particulares”, sin “dogmatismos” y sin caer en “consensos superficiales alcanzados por dádivas” entre partidos políticos. Solís prometió “transparencia” de su Gobierno, que será “una casa de cristal” para que los ciudadanos tengan la posibilidad de fiscalizar sus acciones.

Promesas

Aseguró que trabajará para reactivar el sector agropecuario y la obra pública y sanear las finanzas del Estado, afectadas por la corrupción y el déficit fiscal del 5.4% del producto interno bruto.

“La corrupción está carcomiendo la democracia y quebrando las finanzas públicas. El nuevo Gobierno la combatirá sin desmayo porque cuando los ciudadanos pierden la confianza en las instituciones la democracia se hunde, se pierde y fenece. Llegó la hora de acabar con la impunidad”, afirmó.

Solís anunció un combate directo contra la evasión fiscal, la pobreza extrema y la desigualdad, así como un apoyo decidido a la protección del medio ambiente.

Entre los retos que afronta el mandatario se encuentra reducir el déficit fiscal, la pobreza que afecta al 21% de los hogares del país y el desempleo cercano al 9%, además de lograr un crecimiento económico superior al 4%. “No tiene más remedio que aprender a negociar hasta con el diablo, siempre que no vulnere principios. La gente puede entender si las negociaciones se hacen de frente”, comentó el sociólogo Manuel Rojas. “Espero que no defraude. Parece saber lo que el país necesita: empleo para los jóvenes, infraestructura, seguro social y si va a poner impuestos, que no sea para joder (perjudicar) a los más pobres y a la clase media”, comentó Beatriz Rojas, administradora de empresas, de 29 años. Efe/AFP