Río de Janeiro, Brasil.
Y es que Pereira encontró al pingüino al borde de la muerte y cubierto de petróleo en una playa cerca de su hogar, conmovido, lo recogió, alimentó y cuidó hasta que Dindim se restableció. El pescador relató que tardó una semana para limpiar el aceite de sus plumas. Luego lo soltó en el mar, pensando que no volverían a verse.
Sin embargo, meses más tarde el pingüino regresó a la isla y se quedó por ocho meses con él. A partir de entonces, Dindim alterna su tiempo en las costas de Argentina y Chile y cada año regresar al hogar de Pereira.
Según la cadena CNN, en marzo, los científicos le pusieron un marcador al pingüino para saber más sobre sus orígenes y su trayectoria. 'Por primera vez, tenemos prueba definitiva de que es el mismo pingüino el que regresa cada año a la casa del señor Joao, pues volvió con el marcador', dijo el biólogo João Paulo Krajewski.
Para poder reencontrarse con el pescador el pingüino tiene que nadar aproximadamente 8.000 kilómetros. 'Quiero al pingüino, le quiero como si fuera mi hijo y creo que él también me quiere a mi', ha declarado Souza a la cadena brasileña Globo TV.
La historia de Dindim, un pingüino que cada año recorre 8.000 kilómetros para ver al hombre que le salvó la vida, conmovió a millones de personas tras viralizarse en marzo pasado. Ahora vuelve a ser noticia ya que Dindim se encuentra de nuevo en Brasil para visitar al pescador Joao Pereira de Souza, de 71 años, que rescató al pequeño pingüino en el año 2011.
Dindim apareció hace dos semanas en el patio trasero del hogar de Pereira, en la playa Provetá en Ilha Grande, Brasil, en una rutina que repite cada año y que los científicos han descrito como un acto de lealtad hacia el pescador.
 Científicos comprobaron que Dindim es el mismo pingüino que regresa cada año a Brasil con un rastreador.
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Sin embargo, meses más tarde el pingüino regresó a la isla y se quedó por ocho meses con él. A partir de entonces, Dindim alterna su tiempo en las costas de Argentina y Chile y cada año regresar al hogar de Pereira.
Para poder reencontrarse con el pescador el pingüino tiene que nadar aproximadamente 8.000 kilómetros. 'Quiero al pingüino, le quiero como si fuera mi hijo y creo que él también me quiere a mi', ha declarado Souza a la cadena brasileña Globo TV.
