Luciendo bandanas, sombreros de cowboy o cascos, miles de motociclistas acudieron el domingo en Washington al desfile en honor de los soldados estadounidenses caídos en guerras, una tradición de 30 años conocida como 'Rolling Thunder'.
'Seguiremos viniendo hasta que todos vuelvan a casa, de todas las guerras', dijo Jack Richardson, quien a los 73 años recorrió el país desde California por 13ª vez para participar en el desfile en el marco del Día de la Memoria, que se celebra este fin de semana.
Vistiendo una chaqueta de cuero, este veterano de la guerra de Vietnam se reunió con miles de otros motociclistas en un estacionamiento cercano al Pentágono, a la espera del inicio del desfile.
La ruta los conducirá a través del centro de Washington, frente a los monumentos del National Mall hasta el austero memorial de mármol negro grabado con los nombres de casi 60.000 soldados estadounidenses que murieron en Vietnam.
'Todavía hay familias esperando aquí en Estados Unidos, que no saben donde están sus padres, sus hermanos', dijo Richardson, un policía retirado de Los Angeles, que sirvió durante dos períodos en Vietnam en los 1960.
Según los organizadores, todavía hay más de 85.000 soldados estadounidenses desaparecidos en conflictos, desde la Primera guerra mundial.
Un veterano motociclista visita el monumento dedicado a los soldados estadounidenses caídos en la guerra de Vietnam.
|
El desfile comenzó en 1988 con unos 2.500 motociclistas bajo la consigna 'We will never forget' (Nunca olvidaremos) para presionar por el esclarecimiento del número de desaparecidos en Vietnam.
Con el paso de los años la participación creció, convirtiéndose en una ruidosa fiesta que los organizadores afirman atrae a cerca de un millón de personas, incluidos los espectadores.
Además de los desaparecidos, los motociclistas también acuden a recordar a sus camaradas caídos. Eso es lo que motiva a a Mel Goudge, quien sirvió en Vietnam en 1965-66, a atravesar el país desde el estado de Washington, en el noroeste de Estados Unidos.
'Fue una peregrinación. Crecí con un amigo que vivía frente a mi casa y cayó el 25 de noviembre de 1968, necesitaba venir y tocar su nombre en el mármol', afirmó.