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Caravana migrante denuncia “secuestro” en México y exigen visa humanitaria

  • 21 diciembre 2021 /

Los organizadores de la caravana afirman que autoridades intentan mantenerla “secuestrada” en la capital mexicana.

Ciudad de México.

Migrantes de la caravana que arribó a la Ciudad de México desde la semana pasada se concentraron ayer frente a las oficinas del Instituto Nacional de Migración (INM), para tramitar el permiso de visitante por razones humanitarias que el jueves pasado ofreció el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Inicialmente unos 30 migrantes ingresaron a las oficinas de Migración, sin embargo, afuera de las instalaciones permanecían más de 100 en espera de conseguirla.

El permiso humanitario les ofrece certeza de transitar por el país y acceder a servicios de salud e incluso les permite buscar un empleo formal.

El pasado 16 de diciembre, las autoridades gubernamentales realizaron un censo y contabilizaron casi 500 migrantes provenientes de Venezuela, Cuba, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Guatemala, Haití y Brasil.

La regularización a cuentagotas desesperó a los migrantes. Para Irineo Mujica, de Pueblos sin Fronteras, la tardanza de las autoridades se debe a que quieren mantener la caravana “secuestrada” en la Ciudad de México.

“Estamos más de 500, 600 personas y son 30 personas las que dicen que pueden atender; es completamente falso, han atendido hasta 300, 400 personas cuando quieren, pero siguen con esta actitud de querer mantener de alguna manera la caravana secuestrada en la Ciudad de México.

Vea: Patrulla Fronteriza arresta a 71 migrantes en Texas

“Es un juego cruel y perverso del Instituto Nacional de Migración de mantener esta situación atorada”, lamentó.

Mario Rodríguez, de 46 años, proveniente de El Salvador, quien lleva más de mil 600 kilómetros caminados desde Tapachula a la Ciudad de México y coopera en la organización de la Caravana Migrante que salió el pasado 23 de octubre, contó que busca llegar a los Ángeles porque en su país era víctima de extorsión.

Mario era comerciante y vendía jeans, pero las pandillas “querían que le diéramos diario de 100 a 150 dólares”. El comerciante contó que él apenas vendía de tres a cuatro pantalones al día. “No se podía; simplemente nos iban a matar. Ya no aguantaba, ya no podía; hasta que tomamos la decisión”. Mario viaja junto con su esposa, su hija y su nieto.