“Son las seis de la mañana: a partir de este momento, el pueblo venezolano comienza otra página de esta historia. ¡Al ataque!”
La diana militar, cohetazos y caravanas de motocicletas despertaron a Caracas tras el primer mensaje del presidente Hugo Chávez, que se enfrentaba a las elecciones más complicadas de su maratón electoral, casi siempre triunfante. Unas elecciones en las que se ha volcado muy por encima de sus propios candidatos, que optan a los 165 escaños de la Asamblea Nacional.
“Vamos, todos y todas”, clamó Chávez. “Se inicia la primera fase de Operación William Lara. ¡Ataque de blindados!”. En el barrio caraqueño de Antímano, las consignas de unos y otros sonaban huecas. Todavía no se les ha pasado el susto.
El diluvio del viernes se llevó siete vidas y unas veinte viviendas. Las calles guardan todavía la indignación de la gente con sus autoridades.
“Todos nos tienen olvidados, los de ahora y los de antes, ¿para qué voy a votar?”.
Este hombre de 45 años (“¿mi nombre?, ¿usted está loco?”) fue uno de los abstencionistas de ayer. No así José Ramos, “yo soy revolucionario”. El vecino de Carapita ejerció su voto no muy lejos del desastre. “Gracias a las comunas que limpiaron la zona, el desastre no fue mayor”. Ramos achaca las inundaciones a la falta de conciencia cívica; otros vecinos inculpan a las canalizaciones deficientes o no realizadas. Chávez acusó a la IV República y su canciller, Nicolás Maduro, al capitalismo.
Las votaciones
El líder bolivariano acudió a votar a su centro electoral de siempre, en el barrio 23 de Enero, bastión del chavismo. Poco antes, en su Twitter, había lanzado una nueva arenga: “Arrollamiento demoledor, arreciamos la carga”. En su intervención ante la prensa moderó sus argumentos, insistiendo en su discurso: “Aquí hay una batalla, que es mundial, entre el modelo capitalista, en su fase superior, el imperialismo (…), y el proyecto socialista, que lamentablemente en el siglo XX no pudo consolidarse”. El presidente-comandante necesita a la mayoría parlamentaria para mantener su agenda socialista durante los dos años que restan para las presidenciales de 2012, donde pretende ser reelegido por cuarta vez.
Chávez se congratuló de la intervención de Fidel Castro, que en sus Reflexiones -que ayer sustituyeron al artículo semanal del Presidente venezolano- llamó al voto. “Estas elecciones tienen una importancia enorme y el Imperio lo sabe: quieren restarle fuerza a la Revolución, limitar su capacidad de lucha… Si existen errores, no renunciaría jamás a la oportunidad que la Revolución ofrece de rectificar y vencer obstáculos”.
Jorge Regalado, de 47 años, se apostó durante horas para ver a su Presidente. En su mano derecha, dos banderas: la venezolana y la cubana. “Siempre estoy aquí, es un agradecimiento. Tuve problemas de drogas y estuve en Cuba dos años. Mi vida cambió con la Revolución”.
El compromiso de Regalado no le impide hablar con mesura e inteligencia, cualidades que no abundan entre los políticos del país, ni tampoco entre los hooligans europeos que también esperaban el paso de su ídolo.
“La Revolución va a ir eliminando ineficacias y corrupciones. Ellos -la oposición- apartaron a los pobres y los mandaron a los cerros. Por eso amamos a Chávez”.
Con la misma cordura, pero en las antípodas políticas y geográficas, se expresaba Ramiro Parés, administrativo de 30 años. “He votado contra Chávez porque creo que es necesaria una Asamblea equilibrada, como en todos los países. Una asamblea que no permita que el 80% de la propaganda política sea toda del Gobierno”.
En el corazón de la Mesa de la Unidad Democrática, MUD, todo apunta a que el ciclón María Corina Machado, estrella de la campaña opositora, arrasará en Chacao, bastión opositor. “Hoy es el momento en que alzamos las voces por la Venezuela que queremos”, declaró a pie de urna. Si su triunfo es contundente, Machado entraría en la terna de candidatos de la MUD para 2012, junto al alcalde Antonio Ledezma y el gobernador Henrique Capriles.
Los escasos incidentes de la jornada estuvieron protagonizados por los de siempre: los motorizados que militan en organizaciones radicales del chavismo. Incluso la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, exigió que los grupos no estuvieran formados por más de 30 motoristas. Oídos sordos. Más de 60 se concentraron ante la sede del canal opositor Globovisión, en una nueva demostración de su poderío.