Cables filtrados por WikiLeaks revelaron ayer que Finlandia tiene la convicción de que Argentina acalló informes positivos sobre el impacto ambiental de una papelera finlandesa cuya instalación en Uruguay motivó un conflicto binacional, y que financió protestas y cortes fronterizos.
La embajada de Finlandia en Buenos Aires, que también tiene a Uruguay bajo su jurisdicción, comunicó en agosto de 2007 al embajador estadounidense en esa ciudad, Earl Wayne, su convicción de que el Gobierno argentino financiaba manifestaciones contra la planta de celulosa de Botnia de capital finlandés sobre el río Uruguay, limítrofe con Argentina.
“La embajadora Petra Theman dijo que su embajada y sus contactos están seguros de que el Gobierno, además de otros grupos, ha financiado a los manifestantes e indicó que de otro modo esos manifestantes marginales no habrían tenido otros medios de apoyo”, escribió Wayne en un cable.
Destacó los altos niveles de corrupción en Argentina, y en particular en la provincia de Entre Ríos, que encabezaba el gobernador Jorge Busti, quien según los cables, “coqueteaba” con la instalación en sus tierras de la pastera, mientras que en Uruguay esos niveles eran “notoriamente menores”.
Además, el Gobierno argentino “forzaba” a callar conclusiones de estudios científicos según los cuales la pastera no dañaría el medio ambiente, reporta Wayne de su conversación con la diplomática, cuyas visiones sobre este conflicto más político que medioambiental coincidían. “A lo largo de este conflicto, la embajada finlandesa estuvo en contacto con Greenpeace y otras oenegés medioambientales y que se disociaron con las protestas de Gualeguaychú, reconociendo la naturaleza mayormente política de su causa”, escribió Wayne tres meses antes de la puesta en marcha de la pastera.
La instalación de la fábrica de celulosa finlandesa en Uruguay desató un conflicto con Argentina, que la rechazaba por presunta contaminación y violación de un tratado bilateral. AFP