Nueva York se prepara para celebrar hoy uno de los aniversarios de los atentados del 11-S más complicados debido a la tensión desatada por el proyecto de crear un centro islámico cerca de la zona cero, lo que ha obligado a preparar un dispositivo de seguridad mayor que en otras ocasiones.
Se espera que miles de personas participen en las manifestaciones a favor y en contra del llamado proyecto Park51 que se han convocado para hoy en el sur de Manhattan tras los actos oficiales de conmemoración por el noveno aniversario de los atentados.
La coincidencia de las dos protestas ha despertado cierto temor entre las autoridades de que se pueda producir algún tipo de desórdenes públicos, particularmente tras el aumento de la tensión causada por la amenaza de un pastor de Florida de quemar copias del Corán.
Ante esta situación, los responsables de la Policía de Nueva York planean desplegar hoy “un ejército de agentes” en las calles de la ciudad con la misión de prevenir enfrentamientos y garantizar que no se empañen los actos de conmemoración, explicaron hoy fuentes policiales a la prensa local.
Tras la conclusión al mediodía de los actos oficiales de conmemoración, se espera que las dos manifestaciones converjan en lados opuestos del edificio en que la asociación Iniciativa Córdoba y la American Society for Muslim Advancement quieren construir un centro comunitario que incluirá una mezquita, entre otras muchas instalaciones, y se encuentra a sólo dos manzanas de la zona cero.
Inquietud
Algunos neoyorquinos han expresado su malestar por la posibilidad de que las protestas empañen la solemnidad de la jornada, que pese al paso del tiempo todavía se vive con especial sentimiento en la ciudad. Sin embargo, la activista y bloggera Pam Geller, una de las personas que han encabezado el movimiento contra Park 51 a través de la organización Stop the Islamization of America, aseguró hoy que seguirán adelante con la manifestación en “honor” a las víctimas de los atentados.
Los responsables del proyecto encabezado por el imán Faisal Abdul Rauf aseguran que su intención es incrementar el entendimiento entre religiones, mientras que sus detractores le reprochan que haya decidido abrir el centro excesivamente cerca de donde se produjeron los atentados del 11 de septiembre de 2001.
De hecho, según un estudio de los bomberos de Nueva York divulgado ayer por el New York Post, tras los atentados se recuperaron restos humanos de las víctimas a poco más de cien metros del inmueble adquirido por los promotores del centro cultural islámico.
Esta polémica amenaza con dejar en segundo plano los actos conmemorativos que se celebran cada aniversario de los atentados contra las Torres Gemelas, en los que murieron 2,752 personas.
Actos
Como en años anteriores, los actos serán en los momentos precisos en que los aviones secuestrados por los terroristas se estrellaron contra los edificios y se guardará el minuto de silencio.
Familiares de las víctimas y obreros que participan en la reconstrucción de la zona cero leerán los nombres de los que perdieron la vida hace nueve años.
Entre las autoridades que asistirán a la ceremonia se encuentran el vicepresidente de EUA, Joseph Biden, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, el gobernador del Estado de Nueva York, David Paterson, y el alcalde de la Gran Manzana cuando tuvieron lugar los atentados, Rudy Giuliani.
El presidente Barack Obama planea asistir al acto en el Pentágono, en tanto que la primera dama Michelle Obama se desplazará junto con su antecesora Laura Bush a Shanksville, en Pensilvania.
Los tributos concluirán con el encendido de dos potentes haces de luz desde donde se levantaban las Torres Gemela que ocupan el vacío que su derrumbe dejó en el perfil de la ciudad. Nueve años después de los ataques, un informe del centro de estudios Bipartisan Policy Center divulgado ayer afirma que actualmente es más difícil que Al Qaeda pueda organizar una acción como la del 11-S.
Sin embargo, advierte de que los terroristas, algunos ciudadanos estadounidenses, tratan de llevar a cabo atentados menos sofisticados, pero con mayor frecuencia.
Según sus autores, las autoridades están menos preparadas para atajar este tipo de amenazas y la “reacción exagerada” a las intentonas terroristas en suelo estadounidense en los últimos años “les ha hecho el juego a los yihadistas”.
Reacciones
Los familiares de las víctimas del 11-S también se están quejando de que este aniversario les resulta especialmente doloroso por la creciente politización de su tragedia colectiva, que esta vez el calendario coloca a menos de dos meses de unas elecciones legislativas en las que el Partido Demócrata puede perder importantes cuotas de poder en Washington.
Como dice Donna O’Connor, que perdió a su hija en el World Trade Center, “nos están rompiendo el corazón más que nunca”.
Por ejemplo, hoy la ex gobernadora Sarah Palin y el propagandista del “Tea Party” Glenn Beck tienen prevista una convocatoria en Alaska de “patriotas que nunca olvidarán” los ataques terroristas del 11-S, con entradas de hasta 200 dólares por cabeza que, en este caso, dan derecho a barra libre.
Este montaje está en las antípodas del emocional respeto registrado hace nueve años. Ahora se recuerda como algo casi increíble cuando en el primer aniversario del 11-S el entonces gobernador de Nueva York, el republicano George Pataki, renunció a pronunciar un discurso propio por miedo de politizar las conmemoraciones y se limitó a releer las legendarias palabras que el presidente Lincoln pronunció en 1863 al inaugurar el cementerio para los muertos de la batalla de Gettysburgh.
Pataki es el primero en lamentar que “el tremendo sentido de unidad que tuvimos después del 11 de septiembre no existe. Ahora vemos todo lo contrario a la oportunidad de impulsar una agenda nacional en lugar de una agenda partidista”.