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Trump, el magnate irreverente que se juega su reelección

  • 28 octubre 2020 /

Trump sorprendió al mundo al convertirse en el presidente de la democracia más poderosa en 2016, cuatro años después busca repetir su hazaña.

Washington, Estados Unidos.

Irreverente, explosivo e impredecible. Así es Donald Trump, el magnate que sorprendió al mundo al convertirse en el presidente de la democracia más poderosa tras una campaña divisiva que no ha hecho más que polarizar a los Estados Unidos.

Con sus insultos a los aliados, su debilidad por los gobernantes autocráticos y su desprecio por los acuerdos internacionales, el presidente estadounidense sacudió la política exterior de EEUU durante cuatro caóticos años.

El magnate adoptó el lema 'Estados Unidos primero', reflejando sus promesas de campaña en 2016 de frenar la inmigración, confrontar a una China en ascenso, renegociar acuerdos comerciales que veía perjudiciales para los trabajadores estadounidenses, y terminar 'guerras interminables'.





Trump, de 74 años, que suele ufanarse de su capacidad de negociación, también ha mostrado no tener pelos en la lengua para la confrontación, ni falta de voluntad para el diálogo.

Se burló de la 'estupidez' del francés Emmanuel Macron, llamó al canadiense Justin Trudeau 'deshonesto' y mostró su desdén por la alemana Angela Merkel. En constraste, elogió su 'química' con el norcoreano Kim Jong Un y sorprendió por su ánimo conciliador con el ruso Vladimir Putin.

Con su reelección en juego en menos de una semana, el candidato republicano ha cambiado su campo de batalla al territorio estadounidense donde se mantiene al ataque contra los demócratas afirmando que EEUU se convertirá en la próxima Cuba o Venezuela si su rival Joe Biden llega al poder.

De magnate a presidente

Trump llegó a la Casa Blanca como un outsider con cero experiencia en política, pero defendió sus credenciales con su éxito empresarial. 'Lo que realmente he sido es un empresario exitoso durante mucho tiempo', afirmó Trump, conocido por su autoestima sin límites.

Tanto es así, que en 1995 publicó en The New York Times un artículo titulado, sin empacho alguno, 'Lo que mi ego quiere, mi ego lo consigue', filosofía que ha impulsado su meteórico e inesperado ascenso a la presidencia de Estados Unidos.



Antes de llegar a la Casa Blanca tras vencer a la exsecretaria de Estado, Hillary Clinton, Trump era ya toda una celebridad en EEUU con una biografía digna de un guión de Hollywood.

Nacido el 14 de junio de 1946 en el neoyorquino barrio de Queens, Trump es el cuarto de los cinco hijos de Fred Trump, constructor de origen alemán, y Mary MacLeod, ama de casa de procedencia escocesa.

Tan rebelde era ya desde niño, que su padre tuvo que sacarlo a los 13 años de la escuela, donde agredió a un maestro, e internarlo en la Academia Militar de Nueva York, con la esperanza de que la disciplina castrense metiera a su hijo en redil.

Trump

Al parecer, el pequeño Donald 'era un matón' aficionado a 'decir palabrotas a todo volumen', según el doctor Steve Nachtigall, de 66 años, quien padeció sus travesuras.

Trump se graduó en 1964 en la academia, donde alcanzó el rango de capitán e incluso vislumbró su destino: 'Un día, yo seré muy famoso', le comentó al cadete Jeff Ortenau.

En 1968, el magnate se licenció en Economía en la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania, y se convirtió en el favorito para suceder a su padre al frente de la empresa familiar, Elisabeth Trump & Son, dedicada a edificios de alquiler de clase media en los barrios neoyorquinos de Brooklyn, Queens y Staten Island.

Trump se hizo en 1971 con las riendas de la compañía, rebautizada como The Trump Organization, y se mudó a la glamurosa Manhattan a la caza de una fama que llegó a base de proyectos pomposos, autobombo, verdades a medias y una relación borrascosa con la prensa.

El 'aprendiz' de presidente justifica esa estrategia en las memorias 'The Art of The Deal' ('El arte de la negociación'), un 'bestseller' imprescindible para entender al personaje, presentado en el libro como un 'maestro del trato' que piensa 'a lo grande'.



'Juego con las fantasías de la gente', escribe el candidato, quien aboga -como se puede comprobar tanto en los negocios como en la política- por la 'hipérbole' como 'una forma inocente de exageración y una forma muy efectiva de promoción'.

El osado empresario empezó, pues, a cimentar su fama con deslumbrantes obras en Manhattan, como la Torre Trump, un lujoso rascacielos de 58 pisos con una cascada interior en plena Quinta Avenida desde el que, por cierto, lanzó su campaña presidencial en 2015.

El magnate ha levantado un imperio que incluye hoteles, campos de golf y casinos, un negocio este último que ha incurrido en cuatro bancarrotas pese al 'éxito' del que alardea Trump.

Según la revista Forbes, el empresario posee una fortuna de 4.500 millones de dólares, pero Trump insiste en que la cifra asciende a 10.000 millones de dólares.

Una investigación del New York Times afirma que el magnate, que se ha negado a revelar sus impuestos, tiene una deuda que asciende a los 600 millones de dólares y sus negocios se han visto duramente golpeados a causa de la pandemia de coronavirus.

El multimillonario también se ha lucrado en el mundo del espectáculo no solo con 'El aprendiz', que le valió una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, sino con la aparición en numerosas películas y la propiedad de concursos de belleza como Miss Universo.

Con tres matrimonios y dos sonados divorcios (con la modelo checa Ivana Zelnickova en 1991 y la actriz estadounidense Marla Maples en 1999), la vida personal de Trump ha sido tan agitada como su carrera profesional, para deleite de la prensa del corazón.

Zelnickova le dio al magnate tres hijos, Donald Jr., Eric e Ivanka, que manejan la Trump Organization desde que el mandatario tomó el poder mientras que su hija favorita y su esposo, Jarred Kushner, se convirtieron en asesores presidenciales.

Vea: Elecciones EEUU: Así es cómo Trump puede ganar la reelección

Desde 2005, el multimillonario, de confesión presbiteriana, está casado con la exmodelo eslovena naturalizada estadounidense Melania Knauss, de 46 años, con la que comparte un hijo, Barron William.

Poco dado a abrir su corazón en público, Trump no ha ocultado nunca el trauma de la 'muy triste' muerte de su hermano mayor, Fred, un 'tipo maravilloso' que falleció a los 43 años por alcoholismo, de ahí que ni fume ni beba alcohol. Su hermano menor, Robert, también murió en agosto pasado.

Durante sus dos campañas electorales, Trump ha afrontado un desafío 'a lo grande', como a él gusta: equilibrar su ego con un mensaje que convenciera al electorado para darle las llaves de la Casa Blanca por segunda vez.