Diez años después, los atentados del 11 de septiembre de 2001 siguen siendo asunto recurrente para documentalistas, cineastas y periodistas en pos de una nueva vuelta de tuerca de tanta muerte y destrucción que muchos revivirán estos días. La avalancha de material está servida.
Para empezar, la cadena Showtime emitirá “Rebirth”, un documental que sigue a cinco víctimas desde el día del atentado hasta hoy. Otros programas se centrarán en una cronología detallada de los hechos, como el documental de la fundación Smithsonian “9/11: day that changed the world” (11-S: el día que cambió el mundo), o el de National Geographic “9/11: war on America” (11-S: guerra contra Estados Unidos).
Además de hechos, incluyen entrevistas reveladoras con personajes claves del Gobierno de aquel entonces, como el exvicepresidente Dick Cheney, el que fuera secretario de Defensa Donald Rumsfeld o el exalcalde de Nueva York Rudolph Giuliani.
Aunque algunos consideran que ya se han elaborado demasiados documentales y películas sobre la tragedia, otros creen que es de vital importancia recordar y aprender de ella.
A la causa se ha apuntado el mismísimo Steven Spielberg, autor de una serie de televisión de más de seis horas llamada “Rebuilding Ground Zero”, centrada en el avance y la reconstrucción como una forma de catarsis para las víctimas y el país entero.
Estos nuevos esfuerzos se suman a la larga colección de trabajos sobre el tema. En los años después de los atentados hubo varias películas sobre aquel día, como “United 93” de Paul Greengrass, “World Trade Center” de Oliver Stone o “The 9/11 Commission Report”, documental dramático de Leigh Scott basado en el informe de la comisión sobre el 11-S.
Cabe destacar también “Fahrenheit 9/11”, del controvertido cineasta Michael Moore, documental crítico con la administración de George W. Bush, la guerra contra el terrorismo y la cobertura de los medios de comunicación.
Una historia para contar
En el campo literario, autores de renombre como Paul Auster, Stephen King y Philip Roth se han referido en sus novelas a este evento histórico, además de una variedad de experiencias recopiladas por periodistas que cubrieron la tragedia en Nueva York y Washington.
Algunos ejemplos son “Generation’s end: a personal memoir of american power after 9/11”, de Scott L. Malcomson, editor internacional de New York Magazine; “102 minutes: the untold story of the fight to survive inside the twin towers”, escrita por los veteranos periodistas neoyorquinos del diario New York Times Jim Dwyer y Kevin Flynn o “Fire house”, de David Halbert, ganador de un Pulitzer.
Entre ellos hay un español, Pablo Scarpellini, que firmó “Once historias de aquel once”, con relatos como el de una viuda que perdió a dos hijos en la misma torre, separados por un solo piso, o la del limpiaventanas polaco atrapado en un ascensor que salvó su vida por minutos tras excavar un hueco en la pared con su escobilla.
Aquel día macabro ha causado una verdadera metamorfosis de la cultura estadounidense en todos los campos: el arte, la poesía, la música y en la cultura popular. Sin embargo, fue quizá en el cine donde primero se hizo notar la catástrofe.
El profesor Stephen Prince, autor de “Firestorm: american film in the age of terrorism”, un ensayo sobre el impacto del 11 de septiembre en el cine y la televisión, asegura que, durante los primeros años después de la tragedia, Hollywood experimentó una especie de parálisis respecto a las películas de acción que presentaban explosiones y terrorismo.
“Después del 11-S no estaba claro que Hollywood pudiera hacer una cinta sobre edificios explotando porque se percibía como algo de mal gusto.
Esta parálisis afligió la industria por uno o dos años, pero ahora estamos viendo que dichas fórmulas de películas de acción han regresado”.
Prince destaca en particular la secuela de Batman “Dark Knight” (2008), protagonizada por Heath Ledger, uno de los primeros trabajos que retomaron el terrorismo en el género de acción y aventura. “Se trata de una película sobre un terrorista que quería infligir caos y destrucción en la ciudad. De hecho, algunas de sus escenas fueron sacadas directamente de imágenes de noticias de ese día. Esta cinta equiparó la acción y la aventura con lo que había pasado el 11-S”, indica.
A pesar de que regresó la temática del terrorismo, Prince cree que los eventos del 11 de septiembre todavía son delicados para los estadounidenses. “Este nuevo aniversario revivirá muchos sentimientos. Los americanos todavía lo ven como un ataque directo a la nación”, resalta.
Recuerdo imborrable
Sheldon Solomon, profesor de Psicología del Skidmore College, en Nueva York, y autor de “In the wake of 9/11: the psychology of terror”, coincide con Prince en que en esta conmemoración en particular se volverán a abrir heridas.
“La depresión económica, el desempleo, el odio a los inmigrantes musulmanes, la polarización política e incluso el huracán Irene, que golpeó recientemente la costa este, interactuarán de forma compleja en este aniversario”, asegura.
Solomon formó parte de un estudio que demostró que los estadounidenses sufrieron lo que el filósofo danés Soren Kierkegaard catalogó como “la tranquilización a través de cosas triviales”.
“Después de la tragedia, los estadounidense compran más, alquilan más películas, consumen más alcohol y apuestan más dinero con el fin de anestesiar el dolor”, explica.
De acuerdo con un estudio de la psiquiatra Carol S. North, de la Universidad de Medicina de Texas Southwestern, el 95.6% de los supervivientes de la tragedia experimentaron por lo menos un síntoma de estrés postraumático y entre la población en general se encontró que 6.8% desarrolló dicho trauma tras los atentados.
Muchos estadounidenses optaron por lucir la bandera americana en la solapa, otros se llenaron de odio contra los musulmanes, algunos compraron armas, otros dejaron de viajar o evitaban lugares públicos masivos.