“Algunos bejucos la gente los corta para leña y cuando yo se los compro se ríen porque no saben que yo les voy a dar otra utilidad”, comenta Mauricio Rodríguez. Fotos: Melvin Cubas.
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Aunque los trabajos terminados “hablan por sí solos” de su extraordinaria belleza, algunos son decorados con figuras artísticas.
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Cuatro mil árboles de diferentes especies sembrados alrededor del restaurante JR le ponen ambiente ecológico al lugar.
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Podios elaborados con tres tipos de madera y enchapados en dormitorios y baños forman parte de la obra del ingenioso empresario
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En las puertas no hay llamadores metálicos, sino hechos con bejucos y otros desechos de madera.
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“Desde niño me gustó la carpintería, la construcción y el campo”, dijo el empresario Mauricio Rodríguez.
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Sus hijas Irene y María de los ángeles muestran un lavamanos hecho en piedra empotrado en un mueble rústico.