Porfirio Lobo Sosa, expresidente de Honduras entre 2010 y 2014 promovió en las elecciones generales presidenciales de 2013 la campaña de su correligionario Juan Orlando Hernández, entonces ungido por su partido, el Nacional, en la carrera presidencial.
Entonces, la relación entre ambos era dulce, antes de que pasara a convertirse en una de las contiendas personales más arraigadas en el seno político nacional.
Juan Orlando Hernández se convertiría en presidente de Honduras en dichas elecciones y Lobo Sosa le transfería los poderes del Ejecutivo, lo que representaba que el Partido Nacional gobernaría durante ocho años (serían 12 en total).
Ahora, tras sendas diferencias entre ambos, especialmente remarcadas por Lobo Sosa, uno se encuentra recluido en una cárcel neoyorquina (Juan Orlando Hernández) acusado por vínculos con el narcotráfico y el otro (Lobo Sosa) en Honduras, señalado en la Lista Engel de Estados Unidos y enlutado por la tragedia del asesinato de uno de sus hijos, además de continuar exigiendo la liberación de su esposa, Rosa Bonilla, condenada por actos de corrupción.
“Pepe”, como se le conoce desde sus inicios en la política (fue diputado y presidente del Congreso Nacional), dijo a una televisora hondureña que Juan Orlando Hernández “es su único enemigo”.
“¿Acaso “Pepe” Lobo se dedicó a fabricar tantos enemigos”, le consultó el presentador, a lo que Lobo respondió: “Yo solo tengo un enemigo, Juan Orlando”, contestó.
Para Porfirio Lobo Sosa, Juan Orlando Hernández, a pesar de haber sido extraditado, “sigue influyendo todavía”.
