A un año de la muerte de los universitarios Alejandro Vargas y Carlos David Pineda, Pompeyo Bonilla, ministro de Seguridad, pidió perdón a los familiares de los jóvenes asesinados por policías.
“El 22 de octubre de 2011 debe marcar una fecha donde se pone en evidencia el mal actuar de la Policía. Le pone a la luz pública las malas actuaciones de una institución que debe estar siempre al servicio de la sociedad. Como ministro de Seguridad me toca pedir perdón por esas actuaciones que se dieron en esa fecha, y empeñarnos en llegar a esclarecer estos actos delictivos llevados a cabo por miembros de la institución”, reconoció Bonilla.
El funcionario explicó que después del asesinato de los dos universitarios, el pueblo hondureño conoció hasta dónde habían caído en la institución.
“Sus madres y la sociedad hondureña clamaron por justicia, las acompañó el pueblo y la sociedad organizada y respondió el Congreso Nacional tomando acciones legislativas como la creación de la Dirección de Investigación y Evaluación de la Carrera Policial”, argumentó Bonilla en su exposición.
Según Bonilla, el tema de la depuración policial se ha tomado con suma seriedad en el Gobierno y es por eso que han seguido todos los pasos que la ley indica.
El funcionario fue consultado sobre el perdón para los familiares de las otras víctimas de la Policía Nacional y que no eran tan conocidas como el hijo de la rectora Julieta Castellanos, por los que Bonilla también pidió perdón.
“Si en las circunstancias que se dieron los hechos fueron autores, miembros de la institución, se le pide perdón, yo pido perdón al pueblo hondureño.
Pero aquí debemos establecer algo, el antes y después de ese fatídico 22 de octubre, en que golpea las entrañas del pueblo hondureño y en el que una mujer valiente, una mujer de principios que no busca venganza, sino que busca la transformación del sistema, es acompañada por el pueblo hondureño, por la sociedad organizada y por los grupos de pensamiento”, expresó Bonilla.