Japón continúa con el recuento de víctimas del terremoto que el pasado viernes causó un devastador tsunami. Con cada nuevo balance, los pronósticos se confirman y aumenta el número de víctimas.
Las últimas cifras oficiales ofrecidas estiman que hay 5,692 muertos -en un total de doce prefecturas- y unos 9,500 desaparecidos. Respecto a la cifra de rescatados, unos 80,000 efectivos de las Fuerzas de Autodefensa (a los que se unirán miles de reservistas llamados a filas) que trabajan en medio de grandes dificultades ya han rescatado o evacuado a más de 26,000, la mayoría de estos últimos cerca de las centrales nucleares dañadas por el temblor, según la agencia local Kyodo.
Sin embargo, las autoridades temen que el número de fallecidos siga subiendo y llegue a diez mil, ya que en las últimas horas se han encontrado varios cuerpos en puntos de la costa nororiental, y que las cifras de desaparecidos y rescatados se vayan multiplicando con el paso de los días.
El elevado número de fallecidos ha complicado la identificación de los cuerpos, por lo que las academias policiales han comenzado a instruir a los agentes locales para que se ocupen de estas tareas; mientras que grupos de voluntarios han asumido la labor de informar a las familias.
Las autoridades de inmigración han decidido enviar a los gobiernos locales toda la información disponible -incluidas las huellas dactilares- sobre los extranjeros residentes en Japón, para facilitar y agilizar su identificación.
Entretanto, unas 530,000 personas se agolpan en los campamentos provisionales, la mayoría de ellas en las prefecturas de Miyagi (en la que no se localiza a la mayoría de los ciudadanos de un pueblo de unos diez mil habitantes), Iwate y Fukushima (noreste), las más afectadas por el terremoto. Sus dirigentes han adelantado las gestiones para construir 32,800 viviendas temporales.
Los continuos cortes en el suministro eléctrico derivados de los problemas en las centrales nucleares, especialmente la de Fukushima, agravan la situación de los miles de personas que están sin hogar en plena ola de frío y nieve.
Las historias de pueblos borrados del mapa, núcleos de población de los que no se tienen noticias y, por suerte en algunas ocasiones, gente que vuelve a dar señales de vida cuando ya había poca esperanza de encontrarlos siguen cayendo en un goteo continuo.
Por ejemplo, en Oshima, una pequeña isla frente a la costa de la provincia de Miyagi, fueron encontradas ayer con vida cerca de 1,300 personas.
Además, entre 7,000 y 8,000 residentes en esta población perdieron sus casas y se han refugiado en escuelas, aunque están incomunicados y se desconoce si tienen provisiones suficientes.