Acallada la algarabía de la fiesta, ya silenciados sus entusiastas partidarios y estacionados los camiones con altavoces, el flamante candidato presidencial Wyclef Jean se sentó para hablar de sus planes de gobierno.
Considerado por muchos el candidato con mayores posibilidades de ganar las elecciones presidenciales haitianas del 28 de noviembre, Jean dijo que apoya los planes de Estados Unidos y las Naciones Unidas para reconstruir la economía nacional después del terremoto de magnitud 7, que promueven inversiones privadas en fábricas, agricultura y otros sectores.
También se defendió de quienes critican sus finanzas personales, incluyendo denuncias sobre su uso de fondos para las víctimas del terremoto y la revelación de que le debe 2.1 millones de dólares en impuestos atrasados a Estados Unidos.
“Podemos suministrar una salida a las dificultades, y el camino es la educación, la creación de empleos y las inversiones en Haití”, dijo Jean en la entrevista efectuada en un hotel de Puerto Príncipe con la presencia de sus asistentes, su esposa y su hijita de 5 años.
Habló en un cuarto de hotel en Puerto Príncipe, acompañado de asesores, su esposa y su hija de cinco años.
Reto
El cantante, nacido en Haití y criado en el barrio neoyorquino de Brooklyn, intenta una transformación difícil: de artista popular internacional multimillonario a mandatario de una de las naciones más pobres del mundo.
Jean, una de las figuras más conocidas en su país natal, que salió de Haití de niño, habla creole con acento estadounidense. Su ingreso anual calculado es hasta 18 millones de dólares es más de 13,000 veces más de lo que un haitiano promedio gana en un año, siempre y cuando tenga empleo.
Si gana la presidencia, el ex astro de Fugee anticipa que estimulará a los donantes a invertir en educación. También apoyó el plan económico promovido por el ex presidente estadounidense Bill Clinton, enviado especial de la ONU que se encuentra esta semana en Haití. Esos planes incluyen la creación de empleos en la industria de exportación textil, la promoción del turismo y la mejora en la capacidad de los agricultores para reducir la dependencia crónica de las importaciones.
“El presidente Clinton se concentra en la industria del vestido y todo eso. Creo que es estupendo. Pero también es importante la agricultura”, dijo el candidato presidencial. “Podemos trabajar con ambos componentes a la vez”.
Entre otros sectores de inversión que mencionó están el minero, una industria que ha cobrado fuerza por el alza del precio del oro y otros minerales y que ha generado controversia en la vecina República Dominicana.
Cambio
El salto de Jean de artista a jefe de estado en potencia también está llevando a algunos interesantes momentos de transición. Tras haber listado su edad en 37 años, como candidato de pronto pasó a tener 40. Cambió su estilo urbano de hip hop por un traje oscuro, para ocultar el polvo y las manchas cuando brindaba apretones de mano y abrazos en la multitud al comienzo del acto.
Ataque
El cantante también estaba que echaba humo cuando asesores le dijeron que el actor Sean Penn, quien ha estado administrando un campamento para sobrevivientes del sismo en la capital haitiana desde principios de año, acusó a Jean de no pasar suficiente tiempo en Haití tras el terremoto y malversar 400,000 de los 9 millones de dólares que su organización benéfica, Yele Haiti, recaudó luego del desastre.
“Sólo quiero que Sean Penn entienda muy bien que yo soy un haitiano, nacido en Haití y que he estado viniendo a mi país desde que era un niño”, expresó. “Quizás él quiera llamarme por teléfono y reunirnos, para que termine de conocerme tal como soy”.
Jean se retiró como presidente de Yele la semana pasada antes de lanzar su candidatura. La organización ha sido acusada antes del terremoto de maniobras financieras de beneficiaron al cantante.
Antes del comienzo de la campaña, la candidatura de Jean debe ser aprobada por el consejo electoral provisional haitiano de ocho miembros. Entre los requisitos que debe cumplir son demostrar que nunca renunció a su ciudadanía haitiana portando otro pasaporte y que ha sido residente en Haití en los últimos cinco años, aunque todo parece indicar que no ha sido así.
La campaña argumentará que la posición de Jean como un embajador haitiano extraordinario, un puesto que le otorgaron en el 2007, lo exime de tener que pasar más tiempo en su país.
De aprobarse su candidatura, se sumergirá de verdad en la política haitiana, con su mezcla de bizantinismo y violencia. El carisma y la popularidad de Jean en los vastos bajos barrios de Puerto Príncipe podría despertar comparaciones -algunas favorables, otras no- con el popular pero divisivo ex presidente Jean-Bertrand Aristide, quien salió en un avión estadounidense para exilarse en África durante una sangrienta rebelión en el 2004.
