15/05/2025
02:29 AM

Víctima de secuestro pide por la paz en la ciudad

En un nuevo clamor por la paz se unieron familias que han perdido seres queridos de forma violenta y otros que en los últimos días han sido víctimas de la ola de secuestros en la zona norte del país.

    En un nuevo clamor por la paz se unieron familias que han perdido seres queridos de forma violenta y otros que en los últimos días han sido víctimas de la ola de secuestros en la zona norte del país.

    Las familiares de varias víctimas de la violencia exigieron una vez más a las autoridades respectivas que retomen los casos, que no los dejen engavetados como suele suceder.

    A la misa, que se ofició en el nuevo templo de la iglesia Guadalupe, se presentó Bertha Padilla Antúnez, una de las hermanas que sufrió en carne propia el azote delictivo al permanecer 47 días en manos de una banda de secuestradores. La joven universitaria, que fue liberada junto a su hermana el domingo antepasado a eso de la tres de la mañana en el sector Rivera Hernández, tomó parte en la celebración de la misa portando el vino como señal de la última cena del Señor antes de ser entregado a sus verdugos.

    La joven Padilla, un denotando nerviosismo, no quiso referirse a los momentos de angustia que pasó en poder de sus secuestradores.
    “El dios dinero”.El padre José Canales, párroco de la iglesia, dijo en su mensaje que la raíz de todos los males es el amor al dinero.

    “Detrás del robo de una billetera, de un celular, de un secuestro, está la adoración al dios dinero. No es posible que este dios esté trayendo tanto luto a la humanidady a los sampedranos”, dijo el sacerdote. Asimismo, elevó una plegaria por aquellas personas que están detrás de cada delito para que reconozcan que lo que hacen no es correcto.

    “Dios: hazles reconocer que el daño que están causando no trae paz a sus vidas. Ese dinero ganado ilícitamente no es de bendición para sus familias”, dijo el religioso. Recordó la angustia que está viviendo una familia sampedrana con un pariente que lleva varios días de estar secuestrado. “Llorando me dijeron que no tienen felicidad, y que ni siquiera comen, ni duermen tranquilos con la angustia de no saber lo que va a pasar con su ser querido”, comentó el tonsurado

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    Con lágrimas, Julio Reyes, padre de Katia Reyes, víctima de la violencia el pasado 9 de mayo, exteriorizó que su familia sigue consternada por su muerte. Lamentó que no ha recibido respuesta de la Policía de Investigación sobre las averiguaciones para esclarecer el crimen. “Todo se lo hemos dejado a Dios, él hará justicia”, dijo Reyes.