25/04/2024
02:22 PM

Usan otro larvicida porque el Aedes aegypti se hizo resistente al abate

La Escuela de Biología de la Unah tiene estudios desde hace siete años que demuestran la resistencia.México ha utilizado el Spinosad en los últimos 10 años.

SAN PEDRO SULA.

La Secretaría de Salud comenzó a utilizar Spinosad, un larvicida natural aprobado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), para hacerle la guerra al mosquito Aedes aegypti, el cual causó 180 muertes en 2019.

El Aedes aegypti succiona la sangre de personas con dengue, el virus infecta el intestino medio del mosquito, luego se extiende hasta las glándulas salivales en un período de entre 8 y 12 días y finalmente, según la OMS, por medio de picadura, transmite la enfermedad a personas sanas.

Durante décadas, la Secretaría de Salud de Honduras mantuvo controlado el mosquito empleando un larvicida organofosforado, conocido con el nombre comercial de Abate, pero en los últimos años el Aedes se volvió resistente.

“En algunos lugares se utiliza un nuevo larvicida, sobre todo en donde no se ha podido controlar la epidemia. Este larvicida es de mayor duración, de 90 días”, informó Roberto Cosenza, subsecretario de Salud.

Este larvicida es utilizado en lugares adonde no se ha podido controlar la epidemia.

Roberto Cosenza, subsecretario de Salud

Las autoridades registraron el año anterior 112,708 casos de dengue, de los cuales 19,445 diagnosticaron como graves; 180 personas infectadas murieron por la enfermedad, según los dictámenes de laboratorios.

La utilización del Spinosad es una de las nuevas medidas que el Gobierno comenzó a tomar dentro de un plan de prevención después de un año de haber observado cifras mortales propias de una epidemia.

A diferencia del Abate, que brigadas de empleados de Salud distribuían en los hogares, el Spinosad, de acuerdo con Cosenza, “no puede ser pedido por las personas, llegan a aplicarlo donde hay criaderos de zancudos porque hay que saber las medidas”.

Investigaciones realizadas por David Martínez Colindres, profesor de la Escuela de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah), concluyeron hace unos siete años en que en Honduras las larvas estaban mostrando resistencia al Abate.

Enfermedades
Para contener el zika, chikungunya y dengue.Según el Centro Nacional de Información de Biología de Estados Unidos, el bioinsecticida Spinosad es eficaz para exterminar las larvas del Aedes aegypti. Este mosquito es el principal vector de los virus del dengue, chikungunya, zika y fiebre amarilla, responsables de la alta morbilidad y mortalidad humanas. La lucha contra estos patógenos se basa principalmente en el control del insecto vector con el uso de insecticidas.
“El análisis de los bioensayos practicados sobre la población de mosquitos de la especie Aedes aegypti colectada en tres colonias del Distrito Central (Manchén, Villanueva y Kennedy), revela un incremento en la tolerancia de larvas provenientes de estas colonias, lo que implica el desarrollo de una resistencia moderada al insecticida temefós ( Abate), evidenciando la necesidad de implementar un monitoreo sistemático de la respuesta de esta especie a este u otros pesticidas en todas las regiones sanitarias del país, a fin de determinar tempranamente la presencia de resistencia en poblaciones naturales del mosquito y tomar las medidas pertinentes”, indicó Colindres en su investigación.

El temefos o fosforotionato ha sido el insecticida concentrado emulsionable que los Gobiernos de países golpeados por dengue, zika y chikungunya han utilizado y distribuido libremente entre las poblaciones para eliminar el mosquito.

México, un país con unos 130 millones de habitantes, registró el año anterior 27,884 casos de dengue, cifras inferiores a las de Honduras. Las autoridades de Salud de ese país han utilizado en la última década, además de Abate, el Spinosad.

Este es un larvicida de tipo microbiano y “su principio activo está dado por la acción neurotóxica de metabolitos secundarios producto de la fermentación de la bacteria Saccharopolyspora spinosa, que actúan a nivel del sistema nervioso del insecto, interrumpiendo la comunicación entre neurotransmisores, produciendo hiperexcitación en las células nerviosas y posteriormente la muerte”, según la Secretaría de Salud de México.