La capacidad operacional de la Coordinación Regional de Medicina Forense de San Pedro Sula fue puesta a prueba el pasado martes con las autopsias y el levantamiento de los cuerpos de las 17 víctimas de la masacre de la zapatería en la colonia Valle de Sula.
La coordinadora regional de Medicina Forense, María Celeste Rodríguez, dio a conocer ante los medios de comunicación en una conferencia de prensa los resultados del trabajo desarrollado el martes en la noche y madrugada de ayer.
Rodríguez manifestó que está agradecida con todo el personal porque demostraron el compromiso que tienen con la sociedad y con el cumplimiento de su deber como miembros de la dependencia del Ministerio Público.
“A las 4.30 de la tarde del martes, la Fiscalía nos avisó que había una masacre en el barrio Cabañas y con la ayuda y colaboración del personal de Medicina Forense se logró salir satisfactoriamente con el arduo trabajo”, afirmó Rodríguez.
La titular dijo que inicialmente se enviaron dos equipos de levantamiento a la escena y después dos más, con la idea de hacer más eficiente el trabajo de Medicina Forense en el que destacó la colaboración y esfuerzo del personal.
“Los médicos, auxiliares, técnicos, motoristas y otros empleados se sumaron a las labores que comenzaron con la identificación de las víctimas gracias a la coordinadora de la Fiscalía, Marlene Banegas, quien facilitó el trabajo de los equipos”, aseguró.
Rodríguez relató que cada uno de los cuerpos fue tratado con igualdad y con el debido procedimiento forense, pues los cadáveres en su mayoría presentaban varias heridas de bala.
Falta uno por reclamar
En la lista que la Coordinación Regional de Medicina Forense de San Pedro Sula maneja se entregaron a sus familiares 16 cuerpos plenamente identificados mediante pruebas científicas. Se dijo que todavía hay una víctima que según las autoridades forenses no está identificada. Algunos familiares de las otras víctimas mencionaron que esta persona, de tez trigueña, entre 17 y 22 años, la que no ha sido reclamada, sería oriunda de Tela, La Ceiba o Tocoa. Se presume que no tenía familiares en esta ciudad, pues desde hace varios años viajó a San Pedro Sula en busca de trabajo.