La Isla de Pascua es el pedazo de tierra más aislado del planeta, con sus 3.700 kilómetros que la separan del continente americano.
Este aislamiento, le da el sobrenombre del Ombligo del Mundo, por parte de sus habitantes.
Debido a su riqueza natural, su historia y su mística cultura ancestral a partir de la etnia rapa nui (cuyos únicos vestigios corresponden a enormes estatuas conocidas como moai), la isla es uno de los principales destinos turísticos del país.
Aún en nuestra época, queda un misterio en la historia de la isla, porque nadie sabe cómo los pascuenses desplazaron estos inmensos bloques de rocas que se encuentran frente al mar.
Algunos declaran que fueron remolcados sobre troncos de madera, otros más imaginativos explican que el poder espiritual de los pascuenses de épocas remotas levantaban los moai en el aire.
Aunque es un territorio chileno, se puede ver la similitud que los habitantes tienen con los polinésicos por el hecho de que vienen de estos archipiélagos.
Los principales atractivos de la isla son los moai, así que en las canteras aún hay algunas estatuas inconclusas, las cuales se quedaron enterradas en las laderas de los cerros.
La cantera de Gorro y diferentes cuevas se encuentran próximas a la ciudad de Hanga Roa y de la playa de Anakena, la cual nos recuerda las polinésicas playas y sus cocoteros.
En la isla habita una población de 3,791 habitantes, principalmente en la capital Hanga Roa, y su superficie de 163,6 kilómetros cuadrados la convierte en la mayor de las islas de Chile insular.
Después de una reforma constitucional realizada en 2007 se estableció a la isla como un “territorio especial”, por lo que a partir de allí su gobierno y administración serán regidos por un estatuto especial contemplado en la ley orgánica constitucional respectiva, por dictarse.
Antes de la reforma, junto a la deshabitada isla Sala y Gómez, la Isla de Pascua pertenecía administrativamente a la V Región de Valparaíso.