28/04/2024
02:25 AM

Tolupanes: ladinos los desplazan de sus tierras en Montaña de la Flor

Muchos foráneos han llegado a la Montaña de la Flor y presionan o intimidan a los indígenas para que les arrienden sus tierras por un precio irrisorio, denuncian los líderes.

    Montaña de la Flor, Honduras

    Los xicaques o etnia tolupán enfrenta un inusual desplazamiento de sus tierras debido a presiones, amenazas o intimidaciones de foráneos que han llegado a sembrar enormes parcelas de productos no tradicionales.

    Esto ha afectado la producción de maíz y frijol para la subsistencia, agravando así la situación alimenticia de los indígenas de la Montaña de la Flor.

    30
    títulos de propiedad otorgó en 20 años el INA a la etnia tolupán. Estos documentos fueron cedidos a las tribus de los departamentos de Yoro y Francisco Morazán.

    En las serranías, adonde se asientan las 31 tribus, es una zona rica en biodiversidad agrícola y forestal y hay yacimientos minerales que han llamado la atención de los ladinos.

    En tres años el cambio es notorio. Desde que se sube a la montaña en las comunidades de Lavanderos, San Juan, Montenegro y La Ceiba, en la Montaña de La Flor, los ladinos están llenando la zona de cultivos de tomate, chile dulce, tabasco y granos básicos. Implementan sistemas de riego por goteo y a cambio los indígenas están recibiendo un pago.

    Los tolupanes están alquilando las parcelas, otros reciben insumos y en pocos casos negocian que una mínima parte de la cosecha sea el pago por el uso de sus parcelas.

    Esta es la realidad que se vive en la Montaña de la Flor, pero esa modalidad está preocupando a los caciques de las tribus, quienes temen que de continuar esta práctica, en poco tiempo pierdan las tierras, sus costumbres y se amenaza el futuro de los nietos y tataranietos de los indígenas.

    “No vemos bien el alquiler de las parcelas. Están llegando ladinos que vienen a trabajar en las tierras del Tolupán y nos van a desplazar poco a poco. Por eso pedimos ayuda, para que no perdamos el derecho de nuestro territorio, este es el futuro de nuestros nietos y tataranietos. Si esto sigue, no tendremos donde trabajar y pedimos protección”, explicó Anastacio Martínez, cacique de la tribu San Juan.

    Los indígenas reciben un pago adelantado por el arrendamiento, ya sea dinero, insumos o una parte mínima de la cosecha.

    La amenaza

    La falta de dinero para comprar insumos y los fenómenos climatológicos han ido orillando a los tolupanes a aceptar la oferta de los foráneos de trabajar en sus propiedades. El proceso de alquiler lo hicieron directamente, cada dueño de parcela negoció con los ladinos y no se consultó al cacique y de esta manera de a poco fueron invadiendo las comunidades.

    “Para sobrevivir es que nuestros hermanos decidieron alquilar las tierras. Es una práctica que tomaron en vista que no tenían dinero para fertilizar, no hay semilla y pensando que si las alquilaban para dos cosechas las tierras las dejarían fértiles, fueron permitiendo que extraños cultivaran”, explicó Gertrudis Bustillo, presidente de la tribu San Juan.

    Pero la práctica se volvió costumbre y ahora muchos de los tolupanes están a expensas de ese alquiler y en julio, cuando el hambre arrecia, no tienen fondos y las reservas de granos se agotaron porque no previenen los días difíciles cuando no hay alimento.

    Dos
    las tribus de Yoro denuncian otorgamiento de permisos para extraer madera de zonas boscosas, los cuales violentan el derecho de proteger los territorios indígenas.

    A esto se suma que reciben la paga del alquiler de la tierra por adelantado y no contemplan abastecerse y empeoran la condición alimentaria, que si antes era precaria, ahora es peor. “Antes las tierras no se prestaban ni se alquilaban. Es una práctica que está afectando a la tribu, se están acostumbrando al dinero que da el alquiler y no se está fomentando la cultura del trabajo, de producir su alimento y es una situación que a todos nos preocupa”, expresó el cacique de San Juan.

    El flujo constante de desconocidos que llegan a sus comunidades mantiene en alerta a la etnia Tolupán, pues aseguran que hay desconocidos que en algunas zonas no entienden de alquiler, por ejemplo, las tribus asentadas en el departamento de Yoro están siendo amenazadas para que cedan sus territorios.

    Lo que para unos son nuevas oportunidades, para los tolupanes es una amenaza porque la llegada de desconocidos es para ellos el anuncio de la pérdida de sus propiedades.

    Estas acciones no son avaladas por el Consejo de las Tribus. Este año el veranillo secó los cultivos.

    Las tierras

    En 20 años, desde 2003 al 2013, son 30 títulos de propiedad los que ha entregado el Instituto Nacional Agrario (INA) a la etnia Tolupán en Honduras. Se han hecho nuevas mediciones de las tierras tribales y los indígenas aseguran que se les ha reducido sus extensiones territoriales en casi todas las tribus. Esto les preocupa porque hay zonas también donde se están otorgando permisos de extracción de madera y esto va en contra de los recursos naturales en sus comunidades.

    Asesinato de líderes
    Se genera por la defensa del territorio. Aseguran que son más de 100 indígenas asesinados en las 31 tribus desde el 2000.

    “No solo preocupa la invasión de tierras, sino también cómo se están otorgando permisos para la explotación de los bosques y esa es nuestra fuente de vida. Las autoridades están dando esos permisos y aquí ni las municipalidades están protegiendo a los indígenas” explicó Francisco Pérez, tolupán de La Ceiba.

    Pero a dónde más problemas por explotación de recursos naturales registran los tolupanes es en la tribu San Francisco de Locomapa y Plan grande Morillos del Machigua en el departamento de Yoro, zonas donde los indígenas piden atención del Gobierno, para proteger sus recursos naturales.

    Este año el veranillo secó los cultivos.