Cientos de peatones exponen sus vidas al caminar por las calles y avenidas de El Progreso, pues los buhoneros se han tomado los espacios públicos para instalar su mercadería.
Cada día son más los vendedores ambulantes que se apoderan del centro de la ciudad a vista y paciencia de las autoridades municipales.
Con las ventas de la temporada navideña, los espacios son menos, porque a ellos se suman los propietarios de casas comerciales que, ante la competencia desleal, también exponen sus productos en las calles y aceras de la ciudad.
Otro problema es la cantidad de vehículos mal estacionados. En algunos casos, los conductores aparcan sus carros en plena calle, impidiendo la libre circulación y provocando un congestionamiento.
La conocida calle del comercio, las vías cercanas a las terminales de buses, el mercado municipal, el centro de la ciudad y otras calles y avenidas principales de la Perla del Ulúa donde se ha expandido el comercio, son los puntos más críticos.
Aunque el caos vial es evidente, la municipalidad no se interesa por resolver el problema.