01/12/2025
01:26 AM

'Sicarios y autores intelectuales ya dejen de matar”: Rómulo Emiliani

San Pedro Sula, Honduras.

Estamos en el tiempo de Cuaresma que dio inicio con el Miércoles de Ceniza. Son 40 días que terminan antes de la misa de la última Cena de Señor del Jueves Santo.

Honduras está pasando por días difíciles en esta Cuaresma por los últimos hechos que han enlutado familias, dice el obispo auxiliar de San Pedro Sula, Rómulo Emiliani.

La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararse a la gran fiesta de la Pascua, por lo que Emiliani llama a arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.

Los últimos crímenes ocurridos han sacudido de nuevo a la sociedad hondureña, ¿qué piensa?

Aunque las estadísticas que manejan las instituciones encargadas coinciden en que los homicidios han bajado, nos impactan los crímenes que se cometen, sobre todo la masacre en Comayagüela y a la líder indígena Berta Cáceres. Esto causa consternación y vergüenza entre la población porque a nivel internacional volvemos a ser noticia, pero de una manera triste. Definitivamente, me duele por las muertes, pero también porque Honduras es mucho más que eso. A nivel internacional solo trascienden las tragedias y seguimos teniendo mala fama internacional.

Estamos en tiempo de Cuaresma, ¿qué les dice a los hondureños?

Que reflexionen y piensen sobre nuestros pecados colectivos, por ejemplo, la falta de sensibilidad ante el dolor provocado por el hambre y la pobreza extrema. Nos hemos acostumbrado ya a ver miseria, y esa no la quiere Dios; luego esa insensibilidad y perenne egoísmo porque todos podríamos hacer más por los más pobres. Debe ser como motivo de confesión pública luego pedir a Dios perdón porque como hondureños somos cómplices de esta pobreza extrema.

Todos tenemos algo de culpa de lo que está pasando en Honduras no solamente los Gobiernos, también nosotros como Iglesia tenemos que pensar si estamos siendo buenos discípulos del Señor y auténticos.

¿Qué significado tiene la Cuaresma?

Es un tiempo para meditar en nuestra relación personal con Cristo porque lo seguimos clavando en la cruz por muchas cosas que siguen pasando, por ejemplo, la corrupción y la impunidad que aunque hay luchas contra esos flagelos pareciera que las cosas se siguen dando. Es cierto, hay gente encarcelada y extraditada, pero como que no escarmentamos y siguen los escándalos de corrupción. No aprendemos la lección y el Señor es paciente, pero también justo, y creemos en su misericordia y justicia; entonces tenemos que ir erradicando esos males en Honduras, pero todos.

¿Qué hemos perdido los hondureños para que la situación esté así?

Hemos perdido la conciencia de pecado. Cuando una población pierde la conciencia de pecado y se espera que llegue Semana Santa para embriagarse, participar en concursos de camiseta mojada, concursos de verano y otras cosas, cuando se llega a esos estados de inconsciencia es porque estamos mal como pueblo. Urge que como Iglesia sigamos evangelizando y cambiando el corazón de la gente. Todos tenemos que cambiar, tenemos que arrodillarnos al Señor y pedir perdón por nuestros pecados. Esos concursos son una ofensa a Dios.

¿Qué mensaje les manda a los autores intelectuales y materiales de estos horrendos crímenes que ocurren en el país?

El crimen ofende tanto a Dios. Cada vez que se mata a alguien hay huérfanos, viudas, madres que lloran, familias que caen en duelo y luto. A los sicarios y autores intelectuales de esas muertes les digo que ya dejen de matar. Si acá en la Tierra hay impunidad, no lo habrá en el juicio final. Hay un infierno preparado para aquel que siga matando, se la verán con Dios y con Dios no se juega.

¿Cómo podemos ser parte de ese cambio que necesitamos?

Debemos tomar conciencia de nuestros pecados y buscar la manera de perfeccionar como humanos liberándonos de toda maldad. Es importante que nos volvamos promotores de la conversión de otros predicando la Palabra, primero con el ejemplo y luego con el verbo y haciendo que poco a poco en Honduras todos nos arrodillemos ante el Señor. La oración y reconciliación es fundamental.