Drenajes de aguas pluviales colapsados, quebradas azolvadas y deficiencias en bordos de canales de alivio son algunos de los problemas que siguen aumentando la vulnerabilidad en El Progreso; la situación preocupa al Comité de Emergencia Municipal que clama por ayuda.
Las lluvias caídas en las últimas semanas dejaron al descubierto esas y otras necesidades que ponen en riesgo la vida de las personas y sus propiedades, en la parte alta y baja del municipio. “La situación es delicada, ya es hora que el Gobierno ponga los ojos en los problemas que cada vez que llueve ponen a correr a los habitantes y a las autoridades”, dijo Marvin Perdomo, coordinador del Comité.
Una comisión técnica de la Municipalidad progreseña recién terminó un diagnóstico sobre la prioridad de más de 40 obras de mitigación para reducir la amenaza en invierno, cuya inversión asciende a los 65 millones de lempiras.
Vulnerables
Perdomo agregó que en el documento que será presentado en los próximos días a la Comisión para el Control de Inundaciones del Valle de Sula está contemplado el costo y el sitio donde se tiene que construir un proyecto para proteger a las comunidades.
“La geografía del municipio hace que las corrientes de agua que bajan de la montaña lo hagan con fuerza y se salgan de su cauce como ocurrió hace unos días que generaron zozobra en los vecinos de varias colonias de la parte alta por donde pasan varias quebradas. Lamentablemente la situación se vuelve más grave cuando los vecinos convierten los canales de desagüe y quebradas como botaderos de basura, provocando que estos se atasquen y no dejen pasar el agua que al final anega esos sectores.
Estas están colapsadas”. Agregó que la esperanza para remediar esa situación está en lo que haga el Gobierno con la asignación de un buen presupuesto a la Comisión para el Control de Inundaciones del Valle para ejecutar esos trabajos, de lo contrario los progreseños seguirán expuestos a los estragos de la naturaleza. En el listado de obras de prioridad hay canalización y colocación de gaviones en cerca de diez quebradas de El Progreso, construcción de puentes y mejoramiento del sistema de drenaje en el casco urbano.
“Creemos que si lo logramos reduciremos la vulnerabilidad a causa de las lluvias a lo más mínimo”.Los dirigentes de las comunidades rurales esperan que las obras que gestiona el Codem también lleguen a sus sectores.
“Nosotros tenemos serios problemas con el asolvamiento de la quebrada”, dijo Gerson Mencía, presidente del patronato de la aldea Agua Blanca Sur.Similar situación se vive en el extremo norte. Rigoberto Laínez, dirigente de la comunidad El Porvenir, manifestó que tienen varios años de estar esperando el engavionado de un riachuelo que tiene amenazado al lugar.