21/05/2025
06:24 PM

Satélites muestran señales de pueblos destruidos en Birmania

Imágenes satelitales muestran pueblos destruidos y traslados forzados en Birmania, indicaron el viernes investigadores estadounidenses, mostrando fotos tomadas meses antes de la actual represión contra manifestantes por parte del régimen militar birmano.

Imágenes satelitales muestran pueblos destruidos y traslados forzados en Birmania, indicaron el viernes investigadores estadounidenses, mostrando fotos tomadas meses antes de la actual represión contra manifestantes por parte del régimen militar birmano.

Las imágenes de alta definición tomadas por un satélite a fines de abril y analizadas por la Asociación estadounidense para el avance de la ciencia, Aaas, por su sigla en inglés, muestran zonas de tierra marrón donde aparentemente fueron destruidos poblados.

Ahora el grupo ha apuntado los satélites hacia las principales ciudades de Birmania para intentar captar a través de las nubes las protestas actuales, lideradas por monjes budistas y que han sido duramente reprimidas por las autoridades, con un saldo de más de una decena de muertos y cientos de heridos y detenidos.

En áreas de la minoría Karen, en el este de Birmania, el grupo utilizó tres satélites comerciales para hacer foco en 31 'sitios atacados', dijo el director del proyecto Aaass Lars Bromley a la prensa.

En una foto tomada en 2006, un satélite detectó cimientos y marcas de vallas donde dos años antes había un pueblo. El área fotografiada era el sitio de un presunto ataque militar contra pobladores la etnia Karen, acusados por el régimen de apoyar a rebeldes armados.

'Hemos visto bastante evidencia de posibles traslados forzados', dijo Bromley, citando imágenes de nuevos poblados en torno a un campo militar, y una visible mayor presencia militar.'Estamos tratando de enviar un mensaje a la junta militar de que estamos observando desde el cielo (...) Estamos advirtiéndoles que no continúen' con la violencia, dijo a su vez Aung Din, director de la US Campaign for Burma, con sede en Washington.

'Mostrando esta evidencia (...) esperamos persuadir a China' para que se sume a la oposición internacional a la represión de la junta militar, añadió. China y Rusia han bloqueado proyectos de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para condenar el régimen.

Aung Din indicó que 3.000 poblados han sido destruidos por los militares en el poder, y que hay 1,5 millones de refugiados viviendo en las fronteras del país y unas 500.000 personas desplazadas escondiéndose en selvas y montañas.

Las tácticas utilizadas por la junta militar birmana en el poder incluyen -según las denuncias- obligar a las minorías étnicas a abandonar sus hogares y realizar disparos de mortero para intimidar a quienes intentan cultivar la tierra, indicó la Aaas, que reunió informes de tres grupos de defensa de los derechos humanos.

Aaas divulgó las imágenes en una semana en la que la junta militar birmana ha ordenado una represión feroz contra miles de manifestantes liderados por monjes budistas de forma pacífica, lo que ha generado una condena internacional.

En apenas tres días de protestas, los muertos son como mínimo 13, y los heridos y detenidos se cuentan por centenares, según fuentes diplomáticas. Entre los detenidos hay numerosos monjes, sacados a la fuerza de sus monasterios.

El acceso a internet de los birmanos por otra parte ha quedado suspendido, oficialmente por una 'avería'.'Dado que la situación en Birmania está empeorando bajo la junta militar, estamos intentando llamar a la comunidad internacional a actuar rápida y efectivamente', dijo el viernes Aung Din. Aaas ha realizado estudios similares en otras oportunidades, para llamar la atención sobre abusos en Zimbabwe y Darfur, en el oeste de Sudán.

Primera actualización a las 8.41 am de hoy viernes (14.41 GMT)
La población birmana indignada por la represión contra los bonzos

La violencia con la que el ejército birmano ha reprimido desde el miércoles la protesta popular encabezada por los bonzos contra la junta militar que dirige el país ha provocado la indignación del pueblo.

El pasado 18 de septiembre, monjes budistas vestidos con túnicas de color azafrán (por eso se ha bautizado como la 'revuelta azafrán') lideraron en Rangún los desfiles pacíficos de varios decenas de miles de personas contrarias a la junta militar.

La protesta religiosa se extendió a otras ciudades del país. Los bonzos gozan de una autoridad moral y un crédito inmenso sobre una población profundamente budista, religión de la que se sienten muy cercanos.

Prácticamente cada birmano (incluidos los soldados) pasan un período de su vida en un monasterio. El pasado miércoles las autoridades decidieron pasar a reprimir un movimiento de protesta que se había vuelto incontrolable. Centenares de monjes fueron interrogados y conducidos a destinos desconocidos.

Otros fueron golpeados, algunos de ellos hasta la muerte. Las cifras oficiales hablan hasta ahora de 13 muertos.'Cuando los monjes salieron (a las calles), pudimos constatar que numerosas personas perdieron el miedo y se unieron a sus manifestaciones', explicó a la AFP la coordinadora de la asociación Asean en Birmania, Debbie Stothard.

'Las imágenes que mostraban a los monjes masacrados han suscitado más indignación que temor entre la población. Esto hace aumentar el menosprecio hacia las autoridades', añadió.

Algunos de los manifestantes del jueves aseguraron que 'los soldados que dispararon contra los monjes merecen ser apaleados por la multitud'. Una de las grandes diferencias de esta revuelta con otra similar ocurrida en 1998 es que en esta ocasión las protestas están lideradas por los monjes (entonces fue por los estudiantes) y 'los bonzos son los líderes espirituales de la sociedad birmana', aseguró Win Min, analista birmano y militante pro-democrático refugiado en Tailandia tras el fracaso de la revuelta del 98.

Según Min, el uso de la fuerza por el ejército birmano representa un cambio radical. 'Es como echar gasolina al fuego', dijo. Este analista estima que puede haber detenidos un millar de bonzos sólo en Rangún.

Otro experto de Birmania instalado en Tailandia, Aung Naing Oo, afirma que la represión contra los monjes explica que casi hayan dejado de ser visibles en las manifestaciones, dispersos entre la multitud.

'Los ciudadanos están indignados y han salido a la calle ellos mismos a decírselo a la junta', explicó. El respeto hacia los bonzos provoca, según Stothard, reticencias en algunos soldados a reprimir a los monjes. 'Parece ser que numerosos militares no están de acuerdo con la orden de disparar contra los monjes y, al menos un comandante ha sido relevado por haber dado la orden de no disparar', aseguró.

Nota del día

Ayer nueve personas murieron, entre ellas un camarógrafo
Violencia aumenta la tensión en Birmania

Las fuerzas de seguridad birmanas desataron ayer la violencia en Birmania y mataron a nueve personas, entre ellas un camarógrafo japonés, en una nueva jornada de manifestaciones multitudinarias.

Decenas de miles de personas encararon a las fuerzas del orden en Rangún y sólo se dispersaron después de que la policía disparara al aire y persiguiera a golpes a los manifestantes.

La televisión nacional, controlada por la junta militar, aseguró que 'los manifestantes lanzaron ladrillos, palos y cuchillos contra las fuerzas de seguridad, que no tuvieron otra opción que realizar disparos de advertencia'.

Crisis

Imágenes televisivas difundidas internacionalmente mostraron a algunos manifestantes rompiendo ladrillos y pedazos de cemento en plena calle en Rangún, presumiblemente antes de enfrentarse a las fuerzas de seguridad.

Un camarógrafo japonés de una agencia de prensa nipona murió de bala durante los incidentes, informó una fuente oficial en un hospital birmano.

Soldados y policías antidisturbios habían protagonizado una represión feroz el día anterior, en la que mataron a golpes al menos a dos monjes budistas e hirieron a más de un centenar de personas que hasta ese entonces se habían manifestado pacíficamente.

La violencia se desató en las calles de Rangún mientras en el exterior llovían las protestas y condenas de gobiernos contra la junta militar, que gobierna con mano de hierro Birmania desde hace 45 años.

Una inmensa multitud se había reunido de nuevo el jueves en torno a la pagoda Sule, sin dejarse intimidar por la violenta represión del miércoles. 'Les damos 10 minutos. Si no se van, emplearemos medidas extremas', gritaron los soldados a través de megáfonos.

Para saber

Mediador

Un emisario especial para Birmania, Ibrahim Gambari, 'será bienvenido' en ese país para discutir la convulsionada situación.

Situación

Al este de Rangún, las fuerzas de seguridad se enfrentaron ayer a los manifestantes en por lo menos tres lugares diferentes.