Los periódicos The New York Times, The Washington Post y el País de España cuentan parte de los detalles que se vivieron en el salón de crisis, donde el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, siguió en directo los detalles de la operación en Abbottabad, Pakistán.
Uno de esos detalles, revelado por un asesor cercano a Obama, indica que el Presidente de EUA observó en directo y 'con rostro de piedra' las acciones del comando que terminó con la vida de Bin Laden. Entre tanto su vicepresidente, Joe Biden, pasaba entre sus dedos las cuentas de un rosario.
'Ellos han alcanzado el objetivo', narró el director del CIA, Leon Panetta. Luego los minutos pasaron y Panetta añadió: 'Tenemos contacto visual con Jerónimo (que es el nombre secreto que le habían asignado a Bin Laden)'.
Finalmente, en la pantalla se escucha la voz que dice: 'Jerónimo Ekia ( Enema Killed In Actión, enemigo muerte en la acción)' y el salón se quedó en silencio. Después, el presidente Obama exclamó: 'Lo tenemos'.
Miles celebran en Times Square y zona cero la muerte de Bin Laden
La operación
La operación del comando de élite estadounidense que acabó con la muerte del líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, en una mansión en Pakistán, se llevó a cabo con una precisión y espectacularidad dignas de un guion de Hollywood.
El pistoletazo de salida se recibió el viernes por la mañana, cuando el presidente de EUA., Barack Obama, firmó la autorización para que un pequeño grupo de soldados de la Fuerza de Operaciones Especiales de la Marina (Seals) intentara capturar a Bin Laden, vivo o muerto, según explicaron altos cargos de la Administración.
Seis meses antes, la CIA había conseguido localizar al emisario de confianza de Bin Laden, del que se sospechaba que se ocultaba junto a su jefe.
El emisario residía en un complejo valorado en un millón de dólares en Abbottabad, en las cercanías de Islamabad y claramente construido para albergar un objetivo mucho más valioso que un simple correo: tenía dos puertas de seguridad, espesos muros de seis metros de altura con alambre de púas. Sus habitantes quemaban su basura, en lugar de tirarla.
Bin Laden, se sabe ahora, llevaba 9 meses viviendo allí, en un punto a las afueras de Islamabad, donde existen tres guarniciones militares y una academia castrense visitada recientemente por Ashfaq Parvez Kayani, jefe de las Fuerzas Armadas del país. Más aún: es un lugar donde muchos militares se van a vivir una vez que pasan al retiro.
Es imposible, dicen las fuentes, que nadie se hubiese percatado de la inusual construcción. Los agentes de la CIA no tardaron en convencerse de que quien se encontraba en el interior de la mansión era el propio 'número uno' de Al Qaeda.
A matar
Obama siguió la operación el domingo desde la Sala de Crisis de la Casa Blanca con sonido e imágenes en tiempo real. 'Fue uno de los ratos de mayor ansiedad en la vida de cualquiera de los que estuvimos allí', admitió el asesor de seguridad de la Casa Blanca, John Brennan.
Uno de los dos helicópteros de la misión tuvo que aterrizar de emergencia -se dice que sufrió un problema técnico, aunque otras versiones aseguran que fue derribado-. Pudo aterrizar en el complejo, pero ya no pudo moverse.
El comando entró en la residencia. Al ser conminados a entregarse, optaron por abrir fuego.
Según Brennan, el propio Bin Laden utilizó como escudo humano a una de sus esposas que resultó alcanzada por las balas. Bin Laden recibió un tiro en la cabeza.
'Esta era una operación para matarlo', dijo una fuente de Inteligencia. 'Si él hubiese ondeado una bandera blanca de rendición, habría sido capturado con vida', añadió, aunque explicó que nadie esperaba tal cosa y que el supuesto entre las fuerzas especiales fue que Bin Laden daría la pelea, cosa que efectivamente sucedió.
Cuando la edificación estuvo bajo control de los militares, uno de ellos transmitió a Washington este mensaje: 'Hemos identificado a Gerónimo'.
El nombre clave era el empleado para referirse al hombre que EUA. consideraba su enemigo número uno.
El comando utilizó el helicóptero que quedó en funcionamiento para abandonar el complejo y llevarse el cadáver de Bin Laden. El otro fue incinerado y abandonado en el lugar. La operación duró 40 minutos.
El cuerpo de Bin Laden fue trasladado al portaaviones estadounidense Carl Vinson, en el mar de Arabia, donde se prepararon los restos según los ritos islámicos y se los arrojo al mar, para evitar -según se indicó- que su tumba se convirtiera en centro de peregrinación.
Además de la comparación de fotografías, las pruebas de ADN contrastadas con otros miembros de la familia de Bin Laden demostraron 'al 99,9 por ciento' que se trataba del líder de Al Qaeda.