Tegucigalpa, Honduras
Bajo estrictas medidas de seguridad fue incinerado ayer el millonario cargamento de pólvora que incautó la Alcaldía Municipal y autoridades de seguridad en los mercados de Comayagüela y el sector 4 de la colonia Cerro Grande.
Un equipo de 70 elementos del Cuerpo de Bomberos, Policía Municipal y la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) escoltó el lote de explosivos desde la antigua Penitenciaría Central, hasta el lugar de la incineración.
Fue a las 11:50 am cuando el teniente de bomberos Carlos Silva arrojó una caja en llamas sobre la montaña de explosivos.
Una hora más tarde se quemó el otro cargamento que contenía 287 cajas de detonantes decomisados en la vivienda de José Padilla, propietario de las bodegas allanadas, el carro que tomó fuego en ese mismo sector de El Mirador y la casa en custodia.
Así se redujo a cenizas el lote valorado en unos 2.5 millones de lempiras.
Acusaciones
Las acusaciones contra Milton Fonseca, guardia de seguridad de Base Honduras, fueron desestimadas por el Ministerio Público.
El imputado demostró en la audiencia celebrada ayer que contaba con el permiso correspondiente para portar el arma que le había sido decomisada, durante los operativos en Comayagüela, por lo que se le otorgó una acta de libertad definitiva.
El Juzgado de Policía Municipal evacuaba las pruebas contra José Padilla, propietario de las bodegas y vivienda allanadas por el delito de almacenamiento ilegal, distribución y transporte de pólvora en la ciudad capital.
El acusado será sometido a una sanción administrativa de entre 10 mil a 60 mil lempiras por posesión y almacenamiento de explosivos prohibidos.
