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Policía: 'Ajuste de cuentas, posible causa de masacre'

  • Actualizado: 28 julio 2011 /

El jefe policial de Copán, Juan Carlos Bonilla, informó que en la escena hallaron casquillos de 5.56 usados en M-16 y Galil.

    Dos impactos de lanzagranadas de 40 milímetros neutralizaron a las víctimas del ataque en El Rosario, Santa Rita de Copán, que acabó con la vida de Franklin Arita Mata y tres guardaespaldas que viajaban con él en su auto blindado.

    El comisionado Juan Carlos Bonilla, jefe regional de la Policía en Copán, asegura que fue un trabajo bien planificado y que pudo comenzar con el seguimiento de todo lo que hacía el comerciante Franklin Yanuario Arita Mata desde que llegó de Estados Unidos. “Eso les permitió actuar con total eficacia”, apuntó.

    “No se tiene claro el número de atacantes que participaron en la operación, pero actuaron sorpresivamente en un punto donde no había lugar para el escape”.

    Los familiares de las cuatro personas que fallecieron en el ataque llegaron ayer a Medicina Forense para retirar los cuerpos de sus parientes y darles cristiana sepultura.

    Según el jefe policial, “se tiene como posible causa del hecho el ajuste de cuentas, considerando que el 27 de mayo Franklin Arita y sus guardaespaldas había sufrido un primer atentado en la aldea Los Ranchos, donde murió su guardaespaldas, identificado como Boris Armando Espinoza”.

    La acción ha generado intensos operativos en el corredor norte de Copán, donde Bonilla informó que se establecen puntos de control para detectar armas que pueden estar circulando por la zona.

    La operación

    Según relato del jefe policial de Copán, todo estaba bien planificado: “Desde que Arita y sus guardaespaldas Maudo Antonio Ramos Córdova, 32, Leonel Ramos Córdova, 35, Elvin Mejía, 23, y Marlon Urrutia se transportaban a eso de las cuatro de la tarde del martes en un pick up blindado Land Cruiser PCV 4463 gris con franjas rojas hasta que fueron emboscados por desconocidos que les dispararon primero con un lanzagranadas en el techo y el lado derecho de la unidad”.

    Detalla que usaron lanzagranadas porque, según la escena, se observan dos impactos en el vehículo. Se utilizaron armas de alto poder y como evidencia en el lugar se encontraron casquillos calibre 5.56, munición utilizada en M-16 y Galil.

    “Cuando las autoridades de Medicina Forense hicieron el reconocimiento de los cuerpos no encontraron documentos personales ni armas que, se supone, portaban los guardaespaldas. Creen que los atacantes limpiaron completamente la escena”, añadió.

    A un lado de donde se produjo el ataque y en un camino cercano, las autoridades de investigación encontraron rastros de sangre y por ello presumen que una de las víctimas pudo haber contestado el ataque, hiriendo a uno de los victimarios.

    Ya había sido atacado

    La Policía Nacional apoya la hipótesis de que la causa del crimen del comerciante y sus guardaespaldas es un “ajuste de cuentas” porque el occiso fue antes víctima de un atentado en el que fue herido.

    “Es ajuste de cuentas porque el primer atentado contra el comerciante Franklin Arita fue en mayo. No tenemos registrados antecedentes por narcotráfico de ninguno de los fallecidos; no han sido detenidos por este tipo de delito. La vox pópuli asegura que estas personas estaban ligadas a estos ilícitos, pero en los registros no existen denuncias ni capturas en su contra. Si se hubiera tenido conocimiento o denuncias, se habrían ejecutado las acciones pertinentes por medio de la Dirección Nacional de Lucha contra el Narcotráfico”, manifestó Bonilla.

    El primer atentado se perpetró el 27 de mayo, cuando Arita viajaba en una camioneta Hummer con placas PCI 1277 en compañía de sus guardaespaldas; uno murió y Arita y dos más resultaron heridos.

    Cuando se recuperó de sus heridas, Franklin abandonó el país y el fin de semana había regresado sólo a encontrar la muerte.