La región occidental de Honduras enfrenta una crisis energética que afecta a miles de habitantes en los departamentos de Copán y Ocotepeque.
Los constantes apagones y las deficiencias en el voltaje del suministro eléctrico han llevado a los ciudadanos a salir a las calles para reclamar una solución urgente por parte del Gobierno. En las últimas semanas, ciudadanos hicieron bloqueos en carreteras como medida de presión.
Desde abril, las protestas por las interrupciones constantes del fluido eléctrico han resurgido en Ocotepeque, donde la situación persiste sin solución.
En el sur del departamento de Copán, municipios como Corquín, Cucuyagua y San Pedro de Copán también han sido escenario de protestas.
Amílcar Paz, alcalde de Corquín, comentó sobre la gravedad de la situación. “Toda la zona sur de Copán estamos viviendo algo tremendo.
La semana pasada quitaron la energía los días lunes, martes y miércoles. Fueron tres días seguidos de interrupciones”.
Paz explicó que los apagones en esta región pueden durar hasta cinco horas consecutivas.
“El domingo pasado quitaron la energía de 6:30 am hasta las 7:30 pm. Estamos desajustados y preocupados porque esto nos afecta mucho”, lamentó el jefe edilicio.
La falta de electricidad afecta no solo a los hogares, sino también a los negocios, escuelas y servicios esenciales como hospitales.
En Santa Rosa de Copán, la cabecera departamental, la situación también es crítica, aunque los apagones no son tan frecuentes.
Nelson Chacón, regidor de la ciudad, afirmó que las fluctuaciones de voltaje han provocado fallas en el sistema de agua potable, dependiente del bombeo eléctrico.
“En este momento es un problema de voltaje. Tenemos parado el sistema de bombeo de río Higuito y la planta de distribución Juan Carlos Elvir. Las alteraciones de voltaje también interrumpen el fluido eléctrico, afectando el calendario de distribución del agua”, explicó Chacón.
La falta de agua potable ha agravado la crisis en Santa Rosa de Copán, afectando a establecimientos de salud e instituciones educativas. A pesar de que la producción de agua es suficiente para satisfacer la demanda, el bajo voltaje impide su distribución.
Los hospitales han tenido que recurrir a métodos alternativos para garantizar el suministro de agua, mientras que las escuelas han enfrentado interrupciones en su funcionamiento diario debido a la falta de servicios básicos.