Un nuevo drama de la inmigración sacudió el sábado Italia, con la muerte en una barca de dos niños nigerianos de dos y cuatro años, al día siguiente de que el gobierno de Berlusconi extendiera a todo el país 'el estado de emergencia ante la inmigración clandestina'.
Los dos niños murieron durante el trayecto en barca que los llevaba a Italia, junto a otros 73 inmigrantes clandestinos, informó este sábado la prensa italiana Los cadáveres de los dos niños fueron arrojados al mar, según relató su padre a la tripulación de la lancha italiana que acudió el sábado en socorro de los clandestinos, en el canal de Sicilia, en el sur de la isla de Lampedusa.
Según el relato de este hombre, reproducido por medios de prensa italianos, su hijo de dos años comenzó a vomitar la noche después de que zarpara la embarcación y habría muerto rápidamente después. Su hermana murió más tarde de deshidratación.
El padre, un nigeriano de unos 30 años, afirmó viajar solo con sus hijos. La embarcación, una gran barca pneumática, habría salido a principios de semana de las costas libias para realizar la travesía del canal de Sicilia. Fue socorrida el sábado por los guardacostas italianos.
Otros 130 clandestinos llegaron el sábado por la mañana en varias embarcaciones a la costa oeste de Cerdeña, y otros tres barcos fueron localizados cerca de la isla por un helicóptero de los servicios de seguridad.
Los inmigrantes fueron trasladados a un centro de primera acogida, habilitado en el aeropuerto de Cagliari-Elmas. Este drama sucede un día después de que el gobierno italiano de Silvio Berlusconi extendiera a todo el territorio italiano la declaración de estado de emergencia ante la inmigración clandestina debido, según fuentes oficiales, a la 'afluencia persistente y excepcional de ciudadanos extracomunitarios'.
Esta declaración de emergencia, criticada por la oposición y el Parlamento europeo, permitirá en particular acelerar la construcción de nuevos centros de retención de los inmigrantes clandestinos, indicó el ministro de la defensa, Ignazio La Russa.
Esta medida ya había sido tomada en 2002, y en enero de 2008, fue limitada a tres regiones del sur de Italia. El ministro italiano del Interior, Roberto Maroni, alegó que el estado de emergencia permitirá 'reforzar la asistencia a los clandestinos y albergarlos en todas las regiones en edificios de concreto'.
Según Maroni, las autoridades italianas contabilizaron la llegada de 10.611 clandestinos en los seis primeros meses de 2008, contra los 5.378 de enero a junio de 2007.
La extensión del estado de emergencia ante la inmigración clandestina 'es una decisión abominable', estimó el viernes Giancarlo Bressa, vicepresidente del grupo parlamentario del Partido Democrático. 'Este gobierno es incapaz de gobernar sobre los asuntos verdaderos y serios y busca meter miedo a la gente', estimó.
