“Lo más horrible es sentir que muevo los dedos, verme la mano y ver que no tengo nada. Quede inútil, ya no le voy a poder ayudar a mi mamá a cortar café”, fueron las primeras palabras de Belkiss Arita, una adolescente de 15 años procedente de Azacualpa, Santa Bárbara, quien fue ingresada el 23 de diciembre al hospital Mario Rivas.
Al principio había perdido cuatro dedos de la mano derecha, pero su situación se agravó y se le debe amputar la mano completa.
La menor habló con LA PRENSA y pidió que se difundiera un mensaje: “ Les pido a los jóvenes que no compren ni usen cohetes, no saben lo que se siente perder una mano. Siento que perdí hasta la vida”, aconsejó Arita.
La adolescente, que ahora tiene daños irreversibles, quiere que todo sea una pesadilla. “Quisiera borrar ese momento en el que agarré ese mortero. Salí con mis amigas a jugar a la calle y vimos a un hombre borracho que quería encender el mortero pasando la mecha por el filo de un machete. Como no pudo se fue y lo dejo ahí. Me acerqué con la intención de botarlo y como vi que la mecha no encendió lo agarre. En ese momento solo escuché un gran estallido y sentí un dolor espantoso en la mano”.
Consecuencias sicólogicas
Belkiss Arita no ha podido conciliar el sueño desde el día del accidente. Dice que en los ratos que logra dormir tiene pesadillas y resuena en su cabeza el estallido del mortero.
También llora durante varias horas al día pensando en cómo será su vida de ahora en adelante porque tendrá que aprender a hacer todo con la mano izquierda.
Además, teme ser víctima de burlas en su lugar de origen y de ver su cuerpo mutilado por algo que pudo haber evitado.