Más de 1.5 millones de hondureños, equivalente a aproximadamente el 15% de la población del país (9,898,279, según INE), viven alrededor del mundo y dejan una huella significativa por las contribuciones positivas a las sociedades en las que se han integrado.
Los hondureños han emigrado por una diversidad de causas y en su travesía han asumido roles variados como jardineros, obreros, empresarios, promotores del deporte, ejecutivos, académicos y científicos, demostrando capacidad de adaptación y superación.
Más del 90% de los hondureños que viven fuera del país se encuentran en Estados Unidos. El resto está en México, Australia, Japón, China, Alemania e Italia y otros países.
España, en particular, ha visto un notable incremento en la población hondureña: de 39,599 personas en 2013 a 134,125 en 2022, según el Instituto Nacional de Estadísticas de ese país europeo.
Ninoska Tippett es un claro ejemplo del impacto positivo que los hondureños pueden tener en el extranjero. Ella trabajaba en Honduras en la empresa ABB y un día decidió aplicar a una plaza dentro de esa compañía en Estados Unidos. Para su fortuna, la seleccionaron y laboró durante 8 años hasta antes de cambiar de empleo.
“Como muchos, llegué a Estados Unidos por una oportunidad de trabajo. Apliqué a una posición en la misma empresa para la que trabajaba en Honduras. Trabajé para esta empresa casi 15 años, más de 8 años en Estados Unidos y 6 años en Honduras. Gracias a la dedicación y esfuerzo logré esa posición en Estados Unidos”, dice.
Actualmente, Tippett es gerente de comunicaciones para Canadá, Estados Unidos y México de la multinacional Hitachi Energy. Para alcanzar ese cargo, cursó dos maestrías en cuatro años y aprendió más inglés en universidades de ese país, además de su título en Administración de Empresas obtenido en Honduras.
Tippett considera que los hondureños en el extranjero “representan muy bien a Honduras porque son trabajadores, dedicados y buscan la manera de salir adelante”.
Tippett vive en Raleigh, Carolina del Norte, y es una pieza importante dentro de la estructura de Hitachi Energy, compañía que factura ventas de varios miles de millones de dólares. Dentro del organigrama, después del CEO, ella está en el cuarto nivel.
“Esto lo digo yo y lo dicen otras colegas norteamericanos que tienen una percepción positiva de los hondureños. En mi caso, si yo no hubiera estudiado y no hubiera continuado estudiando, no hubiera logrado estar donde actualmente me encuentro”, dice.
“Gracias a Dios que he conocido a muchas personas de Honduras que han venido a Estados Unidos por diferentes circunstancias; gente trabajadora que a su manera se ha sabido superar. Por ejemplo, conozco a los dueños de un restaurante que están logrando buenos resultados. Son originarios de La Ceiba y Omoa. Ellos comenzaron vendiendo comida en la iglesia y después abrieron su propio restaurante de comida hondureña”, dice.
En Indianápolis, Indiana, la familia Banegas ha sido pionera en la promoción del fútbol. Lili Banegas relata cómo lograron introducir y popularizarlo en una ciudad donde antes era poco practicado. Hoy, cientos personas de diversas nacionalidades, incluidos norteamericanos, se divierten y entretienen con este deporte gracias a su iniciativa.

“En Indianápolis no jugaban fútbol. Mi papá comenzó a promover este deporte hace muchos años y ahora no solo juegan latinos, sino gente de varias nacionalidades, como de India, China y norteamericanos”, dice Banegas, quien considera que “los hondureños se caracterizan por ser personas trabajadoras”.
La familia Banegas, originaria de Olancho, encontró en Indianápolis un terreno fértil para fomentar el fútbol y abrir empresas que no hubieran logrado en Honduras. Juan Banegas, exalcalde de Yocón, identificó esta oportunidad durante unas vacaciones y decidió establecerse allí. Ahora, su hija es propietaria del complejo deportivo D&D Sport Center.
“Estados Unidos es un país que ofrece muchas oportunidades a las personas trabajadoras. El límite lo pone uno. En este país, hay muchos hondureños que trabajan como obreros de la construcción, pero también hay otros que tienen empresas de construcción, tienen restaurantes y a otros negocios”, dice Banegas, quien continuó estudiando en ese país.
Día Internacional del Migrante
El 4 de diciembre de 2000, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 18 de diciembre como Día Internacional del Migrante para reconocer la contribución que hacen millones de personas a otras sociedades después de dejar su patria por diferentes causas.
De acuerdo con el Banco Mundial (BM), la migración ha demostrado ser una fuerza poderosa para el desarrollo, mejorando la vida de cientos de millones de migrantes, sus familias y las sociedades en las que viven en todo el mundo. Sin embargo, también existen desafíos, tanto para los migrantes como para los países de origen y destino.