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Mico Quemado agoniza entre silencio e indiferencia

  • 18 marzo 2011 /

La cantidad de bellezas escondidas que se pueden encontrar en la reserva ecológica de Mico Quemado sólo puede ser igualada por la cantidad de destrozos que se hacen en esta zona.

La cantidad de bellezas escondidas que se pueden encontrar en la reserva ecológica de Mico Quemado sólo puede ser igualada por la cantidad de destrozos que se hacen en esta zona que es el pulmón y principal proveedor de agua de los municipios de El Progreso, El Negrito y Santa Rita.

La problemática en esta montaña es como la historia de un libro leído mil veces, en el cual se describe un área protegida adonde la deforestación parece incontrolable y no hay fondos para implementar un adecuado plan de prevención y acción.

“Las principales dificultades en esta área son el corte ilegal de la madera, las quemas sin usar la técnica adecuada y la siembra de la palma africana. Este último es un daño que además conlleva a otros problemas, pues mientras más cultivos de palma hay será más difícil sacarla y se comenzarán a abrir más brechas o caminos en la montaña y esto causará un impacto ambiental que degradará la montaña”, afirmó Carlos Escobar, presidente de la Fundación Ecológica Mico Quemado, Fundamique.

Las autoridades y organizaciones ambientales tienen muy bien identificado cuál es el área adonde la situación se presenta más grave.

“El lugar que presenta el mayor daño es el área de El Negrito, Yoro. Ahí hay una deforestación enorme, la causa es el corte ilegal de madera; sin embargo, la Municipalidad de ese término está adquiriendo zonas en las microcuencas y se las está dando a las comunidades para que ellos las cuiden, es un ejemplo que ojalá sigan en El Progreso y Santa Rita.”, declaró Escobar.

Si ya es difícil luchar contra todas las limitaciones y la renuencia de algunas personas para cuidar la zona, es aún más difícil hacerlo con la descoordinación de algunas instituciones gubernamentales.

“En días recientes estuvimos en una reunión en la que una representante del INA le dijo al grupo campesino que podían sembrar la palma africana en la montaña. ¿Entonces cómo es posible que en una institución como el INA no exista coordinación ni conozcan las leyes? Pues para venir a dar una respuesta de ésas se debía consultar primero con el Instituto de Conservación Forestal, ICF, que es el encargado de las áreas protegidas”, dijo el presidente de Fundemique. Al ritmo que se está deteriorando la montaña existe un alto riesgo de que las fuentes de agua se limiten hasta llegar a extremos impensados en otros tiempos.

“En Mico Quemado hay una situación bastante crítica, se han perdido alrededor de 22 microcuencas, aunque digan que no es cierto, no se trata de que sea verano, pues en invierno tampoco se restablecen las fuentes de agua”, aseguró Carlos Escobar.

La unión de las instituciones encargadas de preservar la zona es vital para poder salvar la reserva ecológica; pero hasta ahora hay una comunicación e interacción deficiente entre ellas.

“Se debería trabajar mancomunado para salvar esta área, y seguir lo descrito en el artículo 4 del reglamento de protección de la montaña que habla de la reactivación del Comité Ecológico de Mico Quemado, la cual está integrada por varias organizaciones; pero nunca se ha convocado a una reunión en la que se busquen soluciones”, comentó el líder de Fundemique.

A pesar de que se hacen esfuerzos por detener a los depredadores de árboles, Escobar considera que no es la solución al problema y que incluso este proceder es casi irrelevante en la lucha por la preservación de la zona. “Se hacen unos operativos en los que participan la Unidad Municipal Ambiental, militares y otros, pero prácticamente eso no tiene ningún resultado, pues las personas que cortan madera ilegalmente tienen informantes que les avisan cuando se acercan las autoridades; por eso cuando llegan los operativos ya han huido los individuos responsables de la tala”, manifestó.

La falta de un plan de manejo es un obstáculo grande para darle un adecuado cuidado al parque.

“Nosotros estamos en la lucha para que se haga un plan de manejo desde los años noventa; pero es la misma historia de siempre.

El Instituto de Conservación Forestal ha estado haciendo algunos trabajos al respecto, pero no tienen los fondos para lograrlo”, declaró Escobar.

Según el presidente de Fundemique, los efectos negativos que son derivados del maltrato de la montaña ya pueden ser vistos. “Cada lluvia genera inundaciones en la parte baja de El Progreso porque no hay una retención de humedad en la reserva y lo otro es que hay barrios que obtienen el agua racionada; pero no se toman acciones concretas. Aquí es de tomar decisiones ya, pero no se trata de entrar en conflicto con la gente, sino de hacer acercamientos en las zonas de las microcuencas, dialogar con los propietarios de los predios y llegar a acuerdos en los que se pueda beneficiar a las comunidades, a los habitantes de El Progreso y la zona protegida”, explicó.

Escobar considera que no falta voluntad por parte de las autoridades municipales ni del ICF para proteger la montaña y estima que el verdadero problema es la mínima cantidad de fondos que brinda el Gobierno.

Con las manos atadas

Wenceslao Hernández, coordinador de la Unidad Municipal Ambiental, UMA, no esconde su preocupación por la zona de Mico Quemado.

“La UMA efectúa operativos en conjunto con la Policía Nacional, el Ejército, la DGIC y la Policía Municipal, pero quienes roban madera trabajan con informantes, por eso cuando nosotros llegamos al lugar de los hechos encontramos la evidencia, pero no a los responsables de los descombros”, dijo Hernández.

El funcionario explicó que es el ICF el principal responsable de velar por Mico Quemado; pero en El Progreso ni siquiera existe una oficina de esta institución, por lo que los encargados son los miembros que se encuentran en la sede de San Pedro Sula, quienes ya tienen bastantes dificultades con El Merendón.

El llamado es al Gobierno. El clamor va dirigido a la conciencia de los líderes del país para que dirijan la mirada hacia zonas en peligro como Mico Quemado.

Quizás se deba invertir muchísimo dinero para proteger los recursos naturales, pero nada es mucho si se toma en cuenta que son invaluables.