“Gracias a la Asociación del Pie Diabético he logrado convivir con esta enfermedad por más de 18 años. Otros han evitado amputaciones. Hoy ya tenemos nuestro propio local”, expresó emocionada María Mejía.
Sus casi 60 años de edad, no fueron obstáculo para que la dama vecina del barrio Los Ángeles de El Progreso asistiera a los actos de inauguración del nuevo edificio de esa organización desarrollados ayer en el hospital público de esta ciudad.
El 6 de junio de 1997 y ante la alta incidencia de la diabetes en la población de Yoro y constantes amputaciones de sus miembros a pacientes con el mal, llevó a un grupo de esos enfermos a organizarse y luchar juntos para tener un lugar y médicos para tratar el problema.
En ese entonces, Raúl Cruz, actual presidente de la asociación, y otros compañeros solicitaron a las autoridades hospitalarias les cedieran un pasillo de ese centro para habilitarlo como sala. Desde ese momento y sin perder la fe y visión se propusieron trabajar para construir su propia clínica, la cual desde ayer es una realidad.
Sueño hecho realidad
“La felicidad es desbordante. Nunca perdimos la fe y este es el resultado de los esfuerzos de todos nuestros miembros y apoyo del Club Rotario que no nos han dejado de la mano”, dijo alegre Raúl Cruz.
Agregó que con la obra se está beneficiando a más de 5,000 ciudadanos que padecen de la enfermedad. “Ya no vamos a estar hacinados. El nuevo edificio tiene una amplia sala de espera y sus propios cubículos de atención. En estos momentos tenemos dos médicos, para los próximos días esperamos que nos lleguen dos más”.
René Robleda, presidente de los rotarios progreseños, dijo que desde hace 14 años han venido ayudando a esa asociación, los fondos recaudados en el Roprogol eran donados para ese fin. “Hace más de un mes entregamos 250 mil lempiras en materiales para el proyecto. La lucha sigue para que a estas personas no les falte nada”.
Karen Guillén, una de las doctoras que atiende a los diabéticos, manifestó que en el lugar se atienden 72 pacientes al día. Ese personal se encarga de orientar a los enfermos sobre cómo convivir con la enfermedad y a la vez reducir los riesgos de amputación como se ha presentado tiempo atrás.
Julio Nolasco, director del hospital, dijo que este es un gran logro, “trataremos que no les falten los medicamentos”. Al establecimiento llegan pacientes de El Progreso y otros municipios de los departamentos de Yoro, Cortés y Tela.