De tener una banda dedicada al abigeato, la familia Rivera Maradiaga pasó a convertirse en uno de los carteles más poderosos de Centroamérica y ahora son testigos protegidos de la Fiscalía de EEUU.
Los Cachiros, una familia acusada de narcotráfico llegó a acumular en total una fortuna estimada entre los US$800 y US$1.000 millones.
Javier Eriberto Rivera Maradiaga y Devis Leonel Rivera Maradiaga se entregaron a la justicia de Estados Unidos en 2015 para enfrentar los cargos que les imputaron por tráfico de cocaína.
La caída de 'Los Cachiros' empezó en 2013 cuando el Departamento del Tesoro de Estados Unidos presentó este Organigrama de 'Los Cachiros' como la estructura de la familia de narcotraficantes que operaba en Honduras con extensión internacional.
Las autoridades policiales hondureñas hicieron centenares de incautaciones de propiedades de Los Cachiros que están valoradas en unos mil millones de dólares, muchos bienes están bajo la administración de la OABI (Oficina Administradora de Bienes Incautados).
El Ministerio Público aseguró en febrero de 2013 un total de 118 bienes inmuebles, entre propiedades y empresas, 11 sociedades mercantiles, 71 cuentas bancarias y 29 vehículos, que, según estimaciones de las autoridades.
La Oabi tiene en su poder 48 bienes inmuebles, entre fincas, casas, edificios y parques, además de 18 vehículos, como tractores, tanques cisternas y pick-up .
Corrupción:
Según las investigaciones del Ministerio Público, Los Cachiros lavaron 143 millones de lempiras en 43 contratos que sus empresas firmaron con el Estado.
Algunos de estos contratos se firmaron en los últimos 10 años con la desaparecida Secretaría de Obras Públicas Transporte y Vivienda, el Fondo Vial, la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, el Fondo Hondureño de Inversión Social, entre otras, que son investigados por las entidades contralores.
Javier y Devis lideraban la banda de 'Los Cachiros' y según el el Departamento del Tesoro de EEEU 'jugaban un rol significativo en el tráfico internacional de drogas'.
Los Cachiros 'controlaban el 90 % de las pistas clandestinas en Honduras, y usaba las pistas para facilitar la entrada de las drogas a Honduras y Guatemala', según EEUU.
Según historiadores, Los Cachiros comenzaron como 'cuatreros' que probablemente se iniciaron en el mundo del narcotráfico trabajando para Ramón Matta Ballesteros, narco hondureño capturado en abril de 1988 y que actualmente purga cadena perpetua en EEUU.
Según los hermanos Rivera, para su labor delictiva contaron con el apoyo de políticos, jueces, policías y militares.
Devis Leonel Rivera Maradiaga se convirtió en testigo protegido a cambio de brindar información sobre sus socios y operaciones, de esa forma pudo evadir la prisión y se pasea libre por Estados Unidos.
Mientras, Javier Eriberto Rivera Maradiaga aceptó culpabilidad y espera que se fije sentencia en su contra en la Corte del Distrito Sur de Nueva York. Por haber aceptado los cargos y convertirse en soplón evitó recibir cadena perpetua.
Es así que Devis Leonel Rivera Maradiaga pasó de ser acusado a testigo protegido. El Cachiro firmó un documento en inglés llamado superseding information, que significa “reemplazar información”, lo que le permitió gozar de beneficios.
Se trata de un acuerdo, no una acusación, con la cual los fiscales, pese a que conocen que Devis Leonel cometió delitos federales, le permitieron firmar un segundo acuerdo que se llama Waiver of Indictment, en el que renuncian a su acusación.
El acuerdo permitió, además, que ambos criminales pudieran llevar a Estados Unidos a sus familiares cercanos para evitar que sus vidas corrieran en peligro en Honduras.
Debido a las negociaciones acordadas mantienen a Devis en una especie de casa de seguridad que nadie mientras es testigo de la fiscalía en los casos de Fabio Lobo, los siete expolicías, Tony Hernández y otros más que se documentaron con la Fiscalía, adonde el Cachiro aceptó ser testigo de los casos.
Es así que los hermanos Rivera Maradiaga pasaron de ser los reyes del narcotráfico en Honduras y multimillonarios a ser testigos protegidos de la fiscalía de EEUU en casos de otros narcos hondureños.