Cuatro de los ocho precandidatos demócratas a la Casa Blanca en 2008, incluida la favorita Hillary Clinton, participaron el miércoles en un foro de legisladores hispanos, durante el cual se discutieron la guerra en Irak, la inmigración, la educación y la salud.
Organizado en el centro de convenciones de Washington por el grupo de parlamentarios hispánicos del Congreso, el debate dio la palabra sucesivamente al representante de Ohio Dennis Kucinich, al senador Joe Biden, al ex senador Mike Gravel y a la senadora Hillary Clinton.
El censo electoral hispánico de Estados Unidos que cuenta aproximadamente con 16 millones de votantes -sobre una comunidad de 45 millones de personas- será de gran importancia en las próximas elecciones.
'El porvenir de la comunidad hispánica es el porvenir de Estados Unidos', dijo el senador Biden, quien se declaró además partidario de un 'sistema de inmigración justo'.
Dennis Kucinich estimó que los inmigrantes ilegales 'merecen una vía hacia la legalización', mientras que Mike Gravel destacó que 'arriesgan sus vidas para alimentar a sus familias'.
Los candidatos indicaron que 17% de los soldados estadounidenses actualmente desplegados en Irak son de origen hispano, y que el primer muerto de la guerra fue un joven emigrante guatemalteco todavía no nacionalizado estadounidense.
Todos prometieron terminar con la guerra en Irak si eran elegidos presidente.
Hillary Clinton, quien según un sondeo publicado el miércoles reúne por primera vez más del 50% de las intenciones de voto de los electores demócratas a tres meses de las primarias para dicidir la nominación del partido, fue la única ovacionada en pie.
'Somos los más fuertes debido a nuestra diversidad', declaró.
La senadora censuró con dureza al presidente George W. Bush por los 'miles de millones de dólares gastados en la guerra en Irak y no en la salud de nuestros niños'.
