Un tribunal de Turquía dictaminó en un fallo ayer que Mehmet Ali Agca, el hombre que le disparó al papa Juan Pablo II, ha cumplido su condena y será excarcelado la próxima semana.
Agca fue extraditado a Turquía en el 2000 tras cumplir casi 20 años de cárcel en Italia por tratar de matar al pontífice en la Plaza de San
Pedro en 1981. Hasta hoy no se sabe con certeza cuál era su motivo.
Agca, de 46 años, podría ser excarcelado hoy, informó ayer la agencia semioficial de noticias Anatolia. Pero su abogado y familiares dijeron que desconocían la decisión del tribunal.
“Estoy sorprendido”, expresó su abogado Dogan Yildirim en una entrevista. “Si es cierto, se habrá hecho finalmente justicia. Ha estado encarcelado por mucho tiempo”.
La hermana de Agca, Fatma Agca, también se sorprendió. “No lo sabíamos”, manifestó Fatma Agna desde la casa de la familia en la ciudad de Malatya, en el sudeste del país. Se espera que Agca, que había evitado servir en las filas militares, sea de inmediato reclutado en el ejército para que cumpla con el servicio militar obligatorio, indicó Anatolia.
Al regresar a Turquía, Agca fue encarcelado para cumplir con una condena de 10 años de prisión por el asesinato del periodista turco Abdi Ipekci en 1979. Además, fue condenado a siete años.
Un tribunal de Estambul falló en 2004 que Agca sólo debería cumplir con la sentencia más larga, la correspondiente al homicidio de Ipekci. Esa condena de 10 años fue cambiada en dos oportunidades debido a las nuevas leyes de Turquía.
Se cree que Agca simpatiza con Gray Wolves, un grupo de extrema derecha que combatía en las calles a los izquierdistas en los años 70. En un principio confesó que había matado a Ipekci, uno de los columnistas más prestigiosos de los diarios de izquierda, pero luego
se retractó.
Mehmet Ali Agca fue visitado en la cárcel por el Papa Juan Pablo II, quien lo perdonó por haber intentado matarlo.
Ciudad del Vaticano. Benedicto XVI reinició la tradición de los bautismos de su predecesor Juan Pablo II al bautizar por primera vez ayer a diez bebés italianos: cinco niños y cinco niñas.
Para Benedicto XVI el bautismo es “un no necesario a la cultura ampliamente dominante de la muerte, una anticultura que se expresa en la droga, la huída de la realidad, la ilusoria falsa felicidad en una sexualidad que trasforma al hombre en cosa y no en persona”.