29/04/2024
04:38 PM

Les cambian bebés al nacer en hospital de Honduras

“Dolores” relata el drama de su vida al conocer que el niño que crió como su hijo biológico no lo es.

La angustia y el drama que vive “Dolores” son similares a los que se ven en las telenovelas. El fruto de sus entrañas fue cambiado por otro bebé en el hospital público de Honduras adonde dio a luz.

Esta historia inició en 2001 en el hospital de Santa Rosa de Copán y se trasladó ahora, 12 años después, al Valle de Sula. “Dolores”, nombre ficticio para proteger la identidad de la afectada, y otra mujer dieron a luz el 12 de enero de 2001 a las 8:25 pm en el hospital de Occidente en Santa Rosa de Copán.

Ella recuerda que esa noche llegó con los dolores de parto y no le dio tiempo de que el personal médico la llevara a la sala de expulsivo, donde se hace la labor de parto. “Di a luz en una camilla averiada. Estaba inclinada hacia atrás y por eso no pude ver lo que tuve.

Le cortaron el ombligo al bebé y se lo llevaron”, recordó. “Dolores” es originaria de Talgua, Lempira, y por la falta de un centro asistencial en ese sector no fue a consulta con un ginecólogo y no se realizó un ultrasonido que le permitiera saber el estado de salud y el sexo del bebé. “Cuando me pasaron a la sala de maternidad, una enfermera me preguntó qué había tenido, le dije que no sabía y respondió que era el niño trigueño que estaba ahí”, relató.

“Me lo pusieron entre los brazos, pero sentí algo raro. Me dije por qué siento esto si es mi hijo. Algo me decía que no era él a quien yo había parido. Al día siguiente tenía hambre, no había comido y mi familia no había llegado a visitarme.

En la sala estaba un muchacho que es del mismo pueblo del que soy originaria. Me levanté de la cama para decirle que le informara a mi esposo que tenía hambre. Caminé adonde estaba él, pero antes de llegar lo sacaron de la sala y me acerqué a la mujer que dio a luz conmigo. Ella me dijo que el muchacho era su esposo y que si no me acordaba que las dos dimos a luz prácticamente en forma simultánea. No me acuerdo, le dije”.

Exámen de ADN

El instinto de madre de “Dolores” le decía que algo no estaba bien en ese momento en el que estaba de pie frente a la joven. Observó que ella tenía en sus brazos a una niña. “Miré a la bebita que tenía y me llamó la atención: le dije qué bonita. Me agradó tanto y desde ese momento sentí que era mi hija”, contó. Unas horas más tarde, “Dolores” y su hijo salieron del hospital y se dirigieron a su casa. “Me llegaron a visitar unas tías y una de ellas me dijo que el niño no se parecía a mi esposo, ni a mi, ni a nadie de la familia. Eso me hizo sentir mal y me creció la duda.

Le hice el comentario a mi esposo, pero más bien me regañó. Me pidió que dejara de decir eso, que el niño era de nosotros y que era imposible que lo cambiaran en el hospital”. Habían pasado cuatro años desde que nació el bebé y la incertidumbre y la duda se apoderaban más de “Dolores”. Ella estaba convencida de que el niño que estaba criando y que le decía mamá no era el suyo.

A pesar de ello dejó claro “que desde que nació le he dado todo mi amor y todo lo que necesita”. La depresión y el insomnio llevaron a la afligida madre a tomar la decisión de hacerle un examen de ADN al menor para tener la certeza de si era o no su hijo. “Le comenté a mi esposo que le iba hacer un examen de ADN, pero él me respondió que no iba dar ni un centavo para eso. Me decía que no comentara esas cosas, que estaba loca, que me iba a arrepentir y que Dios me castigaría por lo que estaba diciendo y que el niño era nuestro hijo”.

La posición de su esposo de no pagar el examen la llevó a llamar por teléfono a una tía que vive en Estados Unidos para pedirle el dinero. Días después, su familiar reunió el dinero y se lo envió. “Dolores” viajó desde Talgua, Lempira, a San Pedro Sula, con el menor, que para ese tiempo tenía cuatro años, a un laboratorio clínico adonde le tomaron una muestra de saliva para practicarle la prueba de ADN.

En 15 días, el laboratorio clínico entregó el resultado de la prueba y la duda de “Dolores” se convirtió en realidad. El niño no era su hijo. “Cuando le enseñé los resultados a mi esposo, él estaba arrepentido de no haberme creído”.

Comienza la búsqueda “Al enterarme de que el niño que estaba criando no era el que había parido, decidí buscar al mío, pero no sabía por dónde comenzar. Me acordé que el esposo de la mujer que parió casi a la misma hora que yo era de mi pueblo. Ya tenía una pista por donde comenzar”. “Dolores” les consultó a pastores, abogados y sicólogos qué podía hacer. En ese lapso se tuvo que mudar del occidente del país a un lugar más cerca de San Pedro Sula.

“Comencé a preguntar por el muchacho de mi pueblo, pero me dijeron que ya había fallecido. Solo pude conseguir el nombre de ella y el de mi hija. Además me filtraron que vivían en Cofradía y que la mujer trabajaba en una farmacia”, expresó “Dolores”.

La búsqueda de siete años de “Dolores” rindió sus frutos en 2012, cuando ubicó en Cofradía a la mujer que tiene a su hija biológica. “Le comenté del problema a la maestra del niño y ella me dijo que le diría a su esposo, que es abogado, para que me ayudara a encontrar a la mujer. El abogado la encontró y le dijo que en el hospital hubo un cambio de bebés, que la niña que ella tenía no era la suya; pero ella respondió que no, que sí era su hija”.

El año anterior, “Dolores” y una hermana llegaron a la farmacia adonde labora la señora, ingresaron como clientes y compraron unas pastillas. “La vi y le encontré parecido al niño que tengo, tienen la misma forma de las cejas. Salimos de la farmacia y mi hermana volvió a llegar, preguntó por ella, pero se la negaron. Lo que yo quería era llegar a un acuerdo para que me permitiera ver a la niña, pero no quiso y no me quedó más que interponer la denuncia en la Fiscalía”.

La gente me decía que le iba a arruinar la vida a los cipotes, que dejara las cosas así, que ellos estaban bien con las familias que tenían, que al ir a la Fiscalía me iban a quitar el niño que tenía y no me iban a dar la niña”. La denuncia fue interpuesta en el Ministerio Público en marzo de 2012 y una vez conocida pasó el caso a la Fiscalía de la Niñez, que procedió a citar a la mujer que tiene en su poder a la niña. “Le entregaron varias citaciones, pero no llegó a la Fiscalía. Cuando lo hizo como a la cuarta o quinta convocatoria fue que la vi cara a cara”.

El encuentro con su hija La Fiscalía les recomendó a ambas madres que tuvieran un acercamiento con los niños, que se visitaran y comenzaran a convivir. “Cuando vi a mi hija, lloré, sentí una inmensa emoción, una gran alegría. La abracé”, contó emocionada.

La Fiscalía de la Niñez comenzó las investigaciones y ordenó que ambos niños fueran sometidos a una prueba de ADN en el laboratorio de Medicina Forense, de la que esperan los resultados para declarar el caso concluido y que ambos menores estén con sus padres biológicos. Telma Martínez, coordinadora de la Fiscalía de la Niñez, informó que hay varias denuncias por irregularidades en los hospitales. Entre ellas hay interpuestas tres por cambio de recién nacidos y dos por sustracción de menores. “Se dan varias situaciones en los hospitales.

Una es la sustracción de menores recién nacidos cuando sus madres se recuperan de la cirugía tras dar a luz por cesárea y otra es la entrega irregular de los niños cuando varios nacen al mismo tiempo y al momento de entregarlo lo hacen equivocadamente a los padres”, expresó la fiscal. Martínez manifestó que se investiga si el personal que labora en los hospitales públicos hace la entrega equivocada de recién nacidos con el fin de sustraerlos y darlos a personas que no son sus padres biológicos.

“Vamos girando la investigación en torno a establecer quiénes son las personas que sustraen estos niños y en muchos de estos casos no hemos encontrado responsabilidad del personal de los hospitales, pero sí podría haber omisión de parte de ellos”, explicó. Robo de niños en el Rivas La Fiscalía de la Niñez además investiga el caso de una madre a quien su bebé de un día de nacido le fue sustraído de la sala de puerperio quirúrgico del hospital Mario Rivas.

“Se trata de una madre que dio a luz por cesárea y al llevarla a la sala de puerperio con su hijo y mientras se recuperaba le arrebataron al bebé y hasta la fecha se desconoce la identidad de esa persona”, dijo Martínez. La coordinadora de la Fiscalía de la Niñez indicó que sustraer a un recién nacido del Rivas es fácil porque cualquier persona puede ingresar al hospital, pues no hay control estricto por el personal de seguridad.

“La gente que se dedica a este tipo de actos tiene a su favor la facilidad de que en el Registro Nacional de las Personas el trámite para inscribir a un recién nacido no resulta riguroso, ya que únicamente les piden una constancia de parto, que obtienen en un centro de salud, una clínica privada e inclusive con una partera, y con ese documento y la tarjeta de identidad de uno de los supuestos padres es suficiente para que una pareja inscriba a un bebé como su hijo biológico cuando en realidad no lo es”, explicó. Yesika Pérez, portavoz del hospital Mario Rivas, indicó que los controles de seguridad han mejorado en el centro asistencial.

“La ministra de Salud envió a un grupo de guardias para darle una mejor seguridad a la población. Son situaciones que se nos van de las manos. Este es un hospital público y no le podemos negar la entrada a nadie porque deducimos que viene en búsqueda de atención médica. Sin embargo, el acceso al hospital está más controlado”, dijo Pérez.

Denuncia que le cambiaron bebé vivo por uno muerto en el Rivas

Julio César Zúniga lo único que busca es saber la verdad de lo que pasó hace seis años, cuando nacieron sus mellizos en el hospital Mario Rivas. El padre está seguro de que uno de sus bebitos fue robado y en su lugar le entregaron uno muerto.Su esposa, quien no sabía que su embarazo era gemelar, ingresó al centro asistencial el 31 de enero de 2007 con síntomas de preeclampsia y fue remitida de emergencia para someterla a una cesárea a los siete meses de gestación.

“Vi colocado en una pizarra el nombre de mi esposa y que había tenido niña y niño. Me dijeron que estarían en una incubadora para observación. Vi que eran una niña y un niño. A los tres días de estar internos me dijeron que el varón murió”, recordó Julio César.El padre se pregunta qué pasó si los médicos le dijeron que sus hijos habían nacido en perfecto estado.“Mi esposa fue dada de alta y mi hija se quedó hospitalizada durante 17 días.

Se tardaron en entregarme el cuerpo de mi hijo. Llegué a la sala neonatal. Pregunté si me iban a dar el niño y una enfermera me dijo que era el que estaba envuelto en unas sábanas y tirado en el suelo. Eso es algo que jamás olvidaré”, recordó Julio con los ojos llenos de lágrimas.“Cuando me agaché a recogerlo, una enfermera me preguntó si llevaba la ropa y ella lo cambió y me lo entregaron en el ataúd. Cuando me entregan la boleta de nacimiento era la de una niña y no la de un niño. Eso me generó una duda e hice la denuncié a la Fiscalía.

Vi que eran un varón y una niña. Según las investigaciones hechas, en el hospital nunca laboró el pediatra que supuestamente atendió a mis hijos y del que estuvo en el parto no hay rastro de él”.

Las investigaciones del personal del Ministerio Público indican que en el departamento de Estadística del hospital Mario Rivas aparece el expediente clínico de la esposa de Julio y que dio a luz dos niñas, una de las cuales falleció. Se ordenó una exhumación de los restos del bebé, pero hasta la fecha no hay resultados. “Primero dijeron que las muestras se habían contaminado y se hizo una segunda prueba y argumentan que no son suficientes”.