La belleza escénica y ecológica que se esconde en medio de la espesa vegetación del Parque Nacional Capiro y Calentura lo convierte en un verdadero tesoro natural.
Creado bajo acuerdo presidencial en 1992, este parque tradicionalmente ha sido el pulmón del municipio de Trujillo. Su riqueza natural y el paisaje que ofrece es una de las mayores atracciones de los propios y extraños.
La belleza natural se encuentra estampada en el ecosistema como bosque tropical y bosque nublado, donde se puede encontrar una gran variedad de fauna, además de las vistas espectaculares que ofrece la cima del imponente cerro Calentura donde se puede sentir el clima y la brisa del mar Caribe y apreciar otras bellezas naturales vecinas.
El espeso verdor del bosque en la zona núcleo, el cual se mantiene intachable ante los depredadores, es la cara ecológica de este municipio.
El cerro Calentura entre misterios y leyendas se mantiene como guardián vigilando la hospitalidad y tranquilidad de la ciudad.
Esta imponente estructura natural sirve de hábitat a animales en peligro de extinción como ardillas, loros, garrobos, guatusas, chanchos de monte, monos aulladores y caras blancas, danto, y muchas aves.
Desde su cumbre se puede apreciar el corredor del Atlántico, la puntilla de Puerto Castilla, las Islas de la Bahía, la laguna de Guaymoreto, la bahía y ciudad de Trujillo y el gran Valle del Aguán.
Con todo este escenario a la vista, este lugar es visitado por turistas extranjeros que admiran el potencial ecológico y natural de este cerro.
La espesa vegetación y la neblina que vaga alrededor de la montaña forman un panorama desvanecido donde la belleza y el paisaje van apareciendo poco a poco como por arte de magia.
Lugar
Llegar a este lugar es fácil en tiempo de verano. Se puede viajar en vehículo de doble tracción en esta época. En temporada lluviosa sólo se puede subir a pie y se necesita unas cuatro horas para llegar al pico de la montaña.
Las alturas del parque no sobrepasan los 1,300 metros sobre el nivel del mar, las alturas mínimas comienzan desde los 160 metros.
Al llegar a la cumbre, dos enormes rocas esperan al visitante. Éstas se mantienen como una mano abierta esperando que las llenen; desde ahí se puede apreciar al norte el panorama escénico de todo el litoral.
Del otro extremo es posible observar el majestuoso Valle del Aguán, bañado por su vertiente que lleva su mismo nombre; a lo lejos se pueden identificar las ciudades de Tocoa, Sabá y Sonaguera.
En este lugar se ha creado una red de senderos que llevan al visitante a sumergirse el fondo de la cruda vegetación.
Durante el recorrido por la calle que conduce a la cumbre, se observan árboles que cubren gran parte de esta vía y dan forma a un túnel natural; todo esto hace más llamativo el lugar ya que en ciertas horas de la tarde parece ser de noche.
El sitio se presta para realizar actividades de ecoturismo; asimismo, se pueden apreciar algunos sitios arqueológicos como cuevas y restos de la época colonial, así como la riqueza cultural en comunidades pech y garífunas.
El parque posee unas veinte fuentes de agua y como todas las áreas protegidas también las comunidades aledañas se benefician del agua que proporciona el parque. Tiene una extensión de 62.0 kilómetros en la zona de amortiguamiento y un radio de 49.4 kilómetros en la zona núcleo. Este parque nacional también comparte territorio con el Refugio de Vida Silvestre Laguna Guaymoreto.
La Fundación Calentura y Guaymoreto, Fucagua, es la entidad encargado de velar por el mantenimiento y seguridad de esta área. Fue creada en 1991 por iniciativa del gremio magisterial de la ciudad de Trujillo.