La casa de pura chatarra que Manuel Cardoza comenzó a construir a finales de 1999, y en la que ya ha invertido más de tres millones de lempiras, ya alcanza su última fase de edificación.
La peculiar obra de tres niveles se ubica en la colonia 15 de Septiembre del municipio de San Manuel, a la orilla de la autopista que comunica con El Progreso. Según Cardoza, nadie ha intentado comprarla ni está a la venta, pero dice que entre sus grandes satisfacciones se encuentra que miles de personas admiran su inigualable obra.
El creativo propietario se dedica a la compra y venta de chatarra. Proviene de una familia de albañiles y dice ser un empírico de la ingeniería a quien, al no hallar qué hacer con tanta chatarra, le surgió la idea de construir una casa de hierro. “Me decían que estaba loco, que no lograría hacer nada y ven hasta dónde he llegado con mi locura”. Añadió que “me han hecho un sinnúmero de reportajes nacionales e internacionales y siempre hay quien se pare en su vehículo a admirar la estructura”.
Comentó que una buena amiga le dice que su casa es de “otro nivel”, y que en algún espacio llevará ese nombre, aunque cuando se finalice el proyecto se llamará “La Fortaleza de San Manuel, por su ubicación, no por su nombre”.
Cardoza busca convertirla en un centro turístico, donde habrá discoteca, restaurantes, billar y otras instalaciones recreativas.
Consistencia
La casa de chatarra está edificada con innumerables bases de rines y barriles y el material de más de 40 buses. El piso está conformado por cerámica de varios diseños, que también son desperdicios. Las paredes son de pedazos del asfalto que sobra cuando reparan carreteras. “Compré varias volquetadas de ese material”.
La vivienda tiene un espacio donde se prevé que funcione un ascensor y posee una área VIP. A un lado se construye un pequeño edificio, también de chatarra, en el que piensa instalar apartamentos y un centro de Internet.
Familia
Manuel es conocido entre sus vecinos y amigos como “Manuel Chatarra”. Vivió 12 años en Estados Unidos, donde procreó varios hijos, en total tiene ocho. “Ellos les cuentan a sus compañeros que su papá tiene un castillo de hierro”, relató Cardoza.
La construcción se ha detenido, pues su dueño aduce que el material está caro, pero asegura que en el año 2010, las puertas de su fortaleza estarán abiertas al público. Según sus cálculos, le falta invertir cerca de un millón de lempiras.
La majestuosa construcción funciona hasta la fecha como centro de compra y venta de chatarra.
Manuel es el único que la habita. Consta hasta ahora de tres niveles y ya se comenzó el cuarto piso, con el que pretende finalizar la obra. Tiene una base de 10 pies de profundidad, fundida con rines.
'La idea me nació porque no sabía dónde acomodar tanta chatarra y empecé esta casa”.
Manuel Cardoza