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Semblanza de Tony Hernández: de la buena vida a una cárcel de Nueva York

  • 18 octubre 2019 /

El exdiputado hondureño Tony Hernández fue encontrado culpable por narcotráfico en EEUU.

Tegucigalpa, Honduras

El 13 de junio de 1978 nació en el seno de una familia reconocida y acomodada del departamento de Lempira, occidente de Honduras, Juan Antonio (Tony) Hernández Alvarado, quien ayer fue encontrado culpable de narcotráfico y delitos relacionados con las armas.

El exdiputado hondureño ( de 41 años) fue señalado y condenado como traficante “a gran escala” de cocaína a Estados Unidos y de montar una red de sobornos que incluyó el financiamiento de las campañas de su hermano, el presidente Juan Orlando Hernández.

Tony Hernández fue encontrado culpable de los cuatro delitos que se imputaron por un jurado en la Corte del Distrito Sur de Nueva York. El juicio duró 11 días y comenzó el pasado 2 de octubre. La sentencia será conocida el 17 de enero de 2020.

Su padre Juan Hernández Villanueva era un militar retirado que procreó cinco hijos en segundo matrimonio con Elvira Alvarado Castillo. La familia vivió por algún tiempo en la aldea Río Grande, de Gracias, Lempira, para luego radicarse en la cabecera departamental.

Entre sus hermanos están Juan Orlando, actual presidente de Honduras, e Hilda Hernández Alvarado, quien falleció en un accidente de aéreo el año antepasado.

Tony Hernández

Tony tiene otros 11 hermanos, hijos de su padre en la pareja anterior, y es padre de cuatro hijos.

Su educación primaria la concluyó en Gracias, la secundaria en el Liceo Militar del Norte y cursó sus estudios superiores en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, adonde se graduó como abogado.

Era aficionado a los deportes al aire libre, los que más le apasionaban eran el ciclismo y montar a caballo. Gracias a su apego a los ejercicios mantenía una contextura atlética que gustaba de lucir con ropa de famosas marcas.

Carrera política

Su nombre empezó a tomar relevancia política cuando resultó electo como diputado suplente de Samuel Reyes en las elecciones de 2013, representando al departamento de Lempira.Luego pasó a ser diputado propietario cuando Reyes fue nombrado ministro de Defensa.

También fue escribiente y receptor en la Corte Suprema de Justicia, jefe de Unidad de Implementación de Registros en el Instituto de la Propiedad y presidente de la Comisión de Desarrollo e Inclusión Social del Congreso Nacional.

Como abogado cobró protagonismo en juicios en los que actuó como defensor. A mediados de 2013, el bufete de Tony Hernández, con sede en Gracias, defendió al colombiano Rubén Darío Pinilla y al hondureño Jester Orlando Jacinto Miranda quienes, según investigaciones, habían montado un narcolaboratorio en La Iguala, Lempira.

Tony Hernández

Narcotráfico

El 13 de octubre de 2016, Santos Orellana Rodríguez, quien era capitán de las Fuerzas Armadas, denunció públicamente que le ofrecieron un millón de dólares por no informar sobre el hallazgo de un helicóptero con droga que pertenecía a Tony Hernández.

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También dijo que agentes de la DEA lo “obligaron” a declarar contra Tony Hernández y Wilter Blanco como los responsables de un plan para asesinar al embajador estadounidense James Nealon.​

Tras esto, Tony Hernández viajó en octubre de 2016 a Estados Unidos a dar testimonios a autoridades federales en Miami, y a su regreso negó las acusaciones en una conferencia de prensa.

Devis Rivera Maradiaga, exjefe del cartel de Los Cachiros, en declaraciones a la Corte de Nueva York, lo acusó de recibir un soborno a cambio de gestiones para saldar una deuda que el Gobierno tenía con una empresa de lavado de dinero de ese cartel. Esta cooperación entre Devis Rivera y Tony Hernández se habría dado entre 2013 y 2015.​

El 23 de noviembre de 2018, Tony fue detenido en el aeropuerto de Miami​ bajo los cargos de conspiración para importar cocaína, posesión y conspiración para poseer ametralladoras y artefactos destructivos, y dar declaraciones falsas en presencia de oficiales estadounidenses.​ Horas después fue trasladado a Nueva York para iniciar un proceso judicial que terminó con el veredicto de culpable.