Con el fin de lograr que las confecciones con telas lencas obtengan estándares reconocidos internacionalmente, miembros de sociedad civil promueven un proyecto en el que se certificarán a unas 50 costureras de las comunidades que se dedican al tejido en el departamento de Intibucá.
A través de un consorcio entre la Fundación Intibucana de Desarrollo (Funide), el Centro de Desarrollo Empresarial (CDE) en la región Lempa y Instituto Ítalo-Latinoamericano desarrollarán en un período de tres años el proyecto que podría llevar las telas lencas a elevar su calidad y el reconocimiento internacional.
Francisco Nolasco Rosa, presidente de Funide, explicó que “hicimos este importante consorcio para mejorar la calidad de la vestimenta con telas lencas y llevarlas a un nivel internacional. Tiene una duración de tres años y trabajamos con entusiasmo porque esto viene a mejorar la economía de nuestro pueblo indígena lenca y promueve el turismo de la zona”.
Indicó que en el primer año vendrán instructores que enseñarán a las costureras lencas cómo mejorar la calidad de sus diseños y de las telas confeccionadas con hilos de colores vivos. Luego se montará un taller para capacitar unas 50 personas y quedará un instructor permanente para garantizar que el procedimiento se siga replicando el proceso de certificación.
“Estas acciones se deben tomar porque hay que ser competitivos y este es un atractivo, estas telas se presentarán en un desfile de moda de importancia mundial en Italia”, anticipó.
Nolasco explicó que se buscan recursos para que los hilos con los que se confeccionan las telas lencas sean producidos en Honduras, ya que los mismos deben ser importados, lo que limita la confección de las telas.
Apoyo los lencas
Enemesia Gonzales, quien es parte de un grupo de 20 mujeres indígenas lencas en la comunidad de El Cacao en la zona montañosa de Intibucá, dijo que la confección de telas lencas ha decaído por la pandemia, por lo que se requiere apoyo por ser la actividad que garantiza los medios de subsistencia de decenas de familias en la zona rural de ese municipio de occidente.“Pasamos momentos difíciles y ha bajado bastante la venta, tenemos semanas que viene gente y nos compra y otras semanas no podemos vender. Estamos haciendo mascarillas, binchas y hasta zapatos; pero en estos tiempos, vender es una casualidad”, contó Gonzales.
Están esperando que el proyecto les ayude a mejorar su calidad de vida.