Honduras
Tras la beatificación del papa Juan Pablo II, este domingo en el Vaticano, faltará la comprobación de un nuevo milagro para que luego pueda ser convertido en santo.
Ver especial: Beatificación de Juan Pablo II
A pocas semanas de su elección, en mayo de 2005, el papa Benedicto XVI anunció su decisión de permitir la apertura inmediata de la causa canónica para Karol Wojtyla.
Ya el mismo Juan Pablo II había hecho lo mismo al permitir el inmediato inicio del proceso canónico para la Madre Teresa de Calcuta, fallecida en 1997 y beatificada en 2003.
A dos días del mayor evento litúrgico de la Iglesia Católica, las comitivas oficiales comenzaron a hacer su arribo a la Santa Sede.
Delegaciones de 62 países asistirán este 1 de mayo a la beatificación del papa Juan Pablo II, entre ellas la española, presidida por los príncipes de Asturias Felipe y Letizia de Borbón, y la mexicana, encabezada por su presidente Felipe Calderón.
Asistirán, asimismo, el presidente de Honduras, Porfirio Lobo, el vicepresidente y canciller panameño, Juan Carlos Valera, y la primera dama de la República Dominicana, Margarita Cedeño, acompañada de Víctor Manuel Grimaldi, embajador ante la Santa Sede, y Rosa Hernández de Grullón, representante permanente ante la Unesco.
También estarán presentes la ministra colombiana de Exteriores, María ángela Holguín, y el presidente del Senado de Argentina, José Juan Bautista Pampuro.
Francia estará representada por su primer ministro, François Fillon, y Bélgica por los reyes Alberto II y Paola, y el primer ministro, Yves Leterme.
A medida que se acerca el esperado día, las actividades de organización en la Santa Sede se intensifican. Ayer las labores de patrullaje para descartar cualquier amenaza se incrementaron al grado que hasta se realizaron inspecciones subacuáticas en el río Tíber, zona del Vaticano en Roma.
Un año de celebración
La Congregación Vaticana para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que preside como prefecto el cardenal español Antonio Cañizares Llovera, emitió un decreto en el que dispone las normas sobre la celebración de las misas de acción de gracias por la beatificación de Juan Pablo II, la inscripción del nuevo beato en los calendarios particulares (en la diócesis de Roma y en las diócesis de Polonia será el 22 de octubre), y la dedicación de una iglesia a Dios en honor del beato Juan Pablo II.
Se dispone que durante los doce meses siguientes a la beatificación de Juan Pablo II, o sea, hasta el 1 de mayo de 2012, sea posible celebrar una santa misa de acción de gracias a Dios en lugares y días significativos. La responsabilidad de establecer el día o los días, así como el lugar o los lugares de reunión del pueblo de Dios, compete al obispo diocesano para su diócesis.
Para la santa misa, además de la posibilidad de cantar el Gloria, se reza la oración colecta propia en honor del beato; las demás oraciones, el prefacio, las antífonas y las lecturas bíblicas se toman del Común de los pastores, para un papa.
Si el día de la celebración coincide con un domingo durante el año, para las lecturas bíblicas se podrán elegir textos adecuados del Común de los pastores para la primera lectura, salmo responsorial y para el Evangelio.
Su afecto por latinoamérica
Juan Pablo II fue el primer papa en voltear la mirada con intensidad hacia una América Latina que siempre lo recibió con júbilo y aún lo recuerda con entusiasmo, pero que no ha sido capaz de mantener ni incrementar el número de fieles católicos.
El domingo, Latinoamérica se unirá a los actos de beatificación de Juan Pablo II, el sumo pontífice que dedicó a la región cerca de una quinta parte de los 104 viajes que realizó alrededor del mundo.
Karol Wojtyla comenzó su largo periplo por el mundo como papa en 1979, con un viaje precisamente a América Latina y que lo llevó inicialmente a la República Dominicana, México y Bahamas.
A punto de partir por primera vez hacia Latinoamérica, en enero de 1979, el “papa viajero” dijo que salía para postrarse ante la Virgen de Guadalupe mexicana y “poner en sus manos el futuro de la evangelización en América Latina”, una región que aún hoy concentra cerca de la mitad de los católicos en el mundo.
El padre Pablo Medel, responsable de la Pastoral Profética de la Basílica de Guadalupe de México, uno de los santuarios que preparan diversas actividades para homenajearlo en vísperas de su beatificación el 1 de mayo en el Vaticano, dijo: “Era más latinoamericano de corazón que otra cosa”.
De acuerdo con el Anuario Pontificio de 2011, el número de católicos en el mundo asciende a unas 1,181 millones de personas, de los cuales cerca de un 50% están en el continente americano y una buena parte de ellos en México, que Juan Pablo II visitó en cinco ocasiones, y en Brasil, donde estuvo cuatro veces.
Varias de esas naciones celebrarán ceremonias religiosas el día de su beatificación.
Turco que quiso matar al Papa quiere rezarle
El turco Mehmet Alí Agca, que intentó asesinar al papa Juan Pablo II en 1981, desea rezar ante su tumba en el Vaticano, y visitar la ciudad de Fátima en Portugal, dijo ayer su abogado.
Por el momento, Italia y Portugal dejaron sin respuesta los pedidos de visa que Alí Agca hizo en sus respectivas embajadas en Ankara, precisó el abogado Haci Alí Ozhan.
“Mehmet Ali Agca desea ir a Fátima (Portugal) el 13 de mayo y visitar la iglesia y luego ir al Vaticano para rezar ante la tumba de Juan Pablo II y hacer una ofrenda floral”.
El Vaticano indicó en una carta que esa visita era posible, pero las autoridades italianas permanecen mudas ante el pedido de visa de Mehmet Alí Agca, agregó el abogado. Fátima es la ciudad portuguesa donde en 1917 tres niños declararon que habían visto a la Virgen María.
Juan Pablo II había declarado que Nuestra Señora de Fátima le había salvado la vida cuando había sido gravemente herido por Agca, el 13 de mayo de 1981, en la Plaza San Pedro de Roma.
Agca recobró su libertad en Ankara en enero de 2010, tras haber purgado casi 30 años de cárcel en prisiones italianas y turcas por la tentativa de asesinato del Papa y otros crímenes cometidos en Turquía.
Lo llaman Juan Pablo el Grande
Varsovia. A lo largo Polonia, país donde nació el papa Juan Pablo II y de tradición fuertemente católica, los fieles demuestran su alegría y orgullo a medida que se acerca la beatificación del santo padre.
Muchos peregrinos están tomando autobuses y trenes para el viaje de unas 30 horas hasta Roma para asistir a la ceremonia. Se espera que grandes multitudes colmen plazas en Varsovia y Cracovia, así como de Wadowice, su ciudad natal, donde seguirán los actos en grandes pantallas de video.
Ahora, muchos aquí repiten un estribillo común: que la beatificación es en gran medida una formalidad, porque los polacos ya consideraban a su hijo nativo como el hombre más sagrado, Juan Pablo el Grande. En Polonia esperan que la beatificación sea seguida por una canonización rápida también.