18/05/2025
08:38 AM

Honduras cierra embajadas en países de Unasur

Honduras cierra embajadas en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil y Argentina. Encuesta: ¿Apoya el cierre de las embajadas?

    La Secretaría de Relaciones Exteriores de Honduras anunció hoy el cierre de sus embajadas en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil y Argentina para abrir oficinas comerciales en India, Singapur, China y Canadá.

    Estos países de Sudamérica pertenece a la Unión de Naciones Suramericanas, Unasur, que no reconocen al Gobierno del presidente Porfirio Lobo porque consideran que en las elecciones en que fue electo fueron realizadas bajo un 'Gobierno de facto'.

    Los presidentes, Hugo Chávez, Rafael Correa, Evo Morales, Dilma Rousseff y Cristina Fernández han reiterado que para reconocer a Lobo tiene que regresar a Honduras con sus garantías el ex presidente Manuel Zelaya.

    Los recursos que se destinaban a esas embajadas se utilizarán para abrir oficinas comerciales en India, Singapur, China y Canadá, informó Canahuati a periodistas.

    Explicó que seguirán abiertas las embajadas hondureñas en Colombia, Perú y Chile, que sí reconocen a Lobo, a través de las cuales se podrá mantener algún vínculo con los demás países suramericanos.

    'No podemos dejar de tener relaciones con América Latina', indicó el canciller hondureño, y subrayó que 'es mejor tener amigos que enemigos'.

    La apertura de oficinas comerciales en India, Singapur, China y Canadá permitirá a Honduras 'establecer relaciones que al final le puedan permitir lograr las alianzas estratégicas' que necesita para impulsar su desarrollo, añadió.

    Canahuati hizo estas declaraciones antes de viajar a Guatemala, donde participará en reuniones previas al encuentro, mañana, entre el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y los gobernantes del Sistema de la Integración Centroamericana, Sica.

    En busca del reconocimiento

    El regreso de Zelaya a Honduras sigue siendo una asignatura pendiente en la administración de Lobo, quien ha reiterado al ex gobernante destituido que él mismo podría ir a traerlo a República Dominicana, donde reside como 'huésped de honor', y que no será encarcelado por los delitos que le imputa el Ministerio Público.

    Zelaya y varios de sus más cercanos colaboradores están acusados de abuso de autoridad y otros delitos ligados a actos de corrupción, lo que el ex presidente rechaza y alega que forma parte de una persecución política por parte de los mismos que lo derrocaron.

    Tras asumir el poder el 27 de enero, ante una escasa representación internacional debido a la crisis política, Lobo inició una ofensiva diplomática en el exterior en busca del reconocimiento a su gobierno, lo que comenzó a lograr gradualmente.

    Países como Canadá, Estados Unidos, Colombia, Belice, El Salvador, Costa Rica, Guatemala, Panamá, Perú y Chile fueron de los primeros en reconocer al Gobierno de Lobo, decisión que luego también adoptaron varias naciones de Europa y Asia.

    De unos 112 países con los que Tegucigalpa mantiene relaciones diplomáticas y consulares, alrededor de 106 han reconocido a su gobierno, mientras que la comunidad financiera internacional comenzó a normalizar su cooperación con Honduras, una de las naciones más pobres de Latinoamérica.

    Paralelamente al respaldo político a Lobo, la comunidad internacional ha seguido exigiendo el regreso de Zelaya al país y que cesen los casos de violaciones a los derechos humanos que con alguna frecuencia denuncian organismos no gubernamentales.

    Como parte de su promesa de campaña, de buscar la reconciliación entre los hondureños, que quedaron divididos política y socialmente, Lobo instaló el 5 de mayo pasado la Comisión de la Verdad y Reconciliación (RVC), bajo la coordinación del ex vicepresidente de Guatemala Eduardo Stein.

    Además, creó una Secretaría de Justicia y Derechos Humanos. La CVR tiene como objetivo principal indagar sobre lo ocurrido antes, durante y después del 28 de junio de 2009, cuando Zelaya fue sacado por los militares del poder y del país y enviado a Costa Rica, en una acción que el Parlamento calificó de 'sustitución constitucional'.

    Zelaya fue derrocado cuando promovía una consulta popular para reformar la Constitución, pese a que tenía impedimentos legales para ello.

    El ex presidente no reconoce a la CVR porque en su opinión es un organismo surgido de un gobierno que es la continuación del gobierno del ex presidente de interino Roberto Micheletti, del que Zelaya también acusa a los Estados Unidos, aunque también clamó por ayuda a Washington para que se le restituyera en el poder.

    En medio de la polarización política y social, el Frente Nacional de Resistencia Popular, FNRP, que exige el regreso incondicional de Zelaya, instaló el 28 de junio, a un año de la crisis política, su propia Comisión de Verdad, también integrada por nacionales y extranjeros.

    Esa Comisión de Verdad, surgida del seno del FNRP y de una Plataforma de Derechos Humanos, la preside la ecuatoriana Elsie Monge.
    El grupo de trabajo comenzó a conocer a finales del año pasado las violaciones a los derechos humanos a partir de la ruptura del orden democrático en Honduras.

    El trabajo de la comisión está orientado a desarrollar 'un proceso de investigación para situarlo en sus elementos históricos, políticos y sociales acerca de las causas, los efectos y los resultados del golpe de Estado', según Monge.

    Lobo considera que políticamente el país está mejor que en 2009, por el reconocimiento que ha tenido su Gobierno, aunque Honduras sigue suspendida de la Organización de Estados Americanos, OEA, desde el 4 de julio de 2009.

    El regreso de Honduras a la OEA ha dejado ser una prioridad para Lobo, quien dice que más tarde o más temprano cambiarán de opinión los países de la Alianza Bolivariana para las Américas, Alba, y de la Unasur que se siguen oponiendo al regreso de su país al organismo.

    El rechazo a Honduras de la Alba y la Unasur quedó patente en la XX Cumbre Iberoamericana que se celebró a comienzos en diciembre del año pasado en Mar del Plata, Argentina, cuya presidenta, Cristina Fernández, en su calidad de anfitriona, no invitó a Lobo.

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