Tres paros cardíacos provocaron la muerte del cuarto de los quintillizos. Leocadia e Inocente sólo tienen ya a tres bebés.
“Estoy triste, pero estaba preparada para lo peor”, manifestó ayer Leocadia Quintanilla.
La noche del miércoles, cuando el bebé falleció, estaba de turno en la sala de neonatología del hospital Mario Rivas el médico Gabriel Benett, quien explicó que el niño murió debido a tres paros sufridos, uno a las 6.00 pm, otro a las 7.00 y el último y letal a las 9.15 pm.
El niño también presentaba una neumonía severa con una sepsis bacteriana, pues adquirió una bacteria en el hospital.
Resignada
“Voy a seguir luchando por mis tres hijitos, dos niñas y un niño. A ellos los miro bonitos, rosaditos, aunque sé que su estado de salud es delicado por el bajo peso; tengo fe en Dios que se me salvarán”, añadió Leocadia.
Dijo que noche y día le pide a Dios por ellos. Junto a Inocente, su esposo, pasaron observando durante la noche por el vidrio al bebé, pues los especialistas del Rivas le comentaron del estado grave en que se encontraba el niño.

Así permaneció doña Leocadia desde el miércoles en la tarde, pues miraba que su hijo estaba delicado.
Don Inocente López y Leocadia fueron a comprar el ataúd en las afueras del hospital; les costó 600 lempiras, y por 3,500 lempiras trasladaron el cuerpercito hasta la aldea Jacán, La Iguala, Lempira, donde ayer fue enterrado junto a “Arnold”, el otro bebé que murió el 16 de enero.
Los demás están delicados y en incubadoras cerradas. Ayer la segunda niña en nacer no estaba comiendo y pesaba dos libras, el mismo peso de la primera, y Juan ángel, el quinto en nacer, pesa 1.5 libras.