Según el último cálculo llevada a cabo por el Instituto Nacional de Estadísticas, el número de niños y niñas trabajadoras en Honduras es de 379,598.
En las zonas rurales cercanas a El Merendón, en San Pedro Sula, los menores son obligados a trabajar transportando leña de sus vecinos para llevar dinero a sus familiares.
Otros acompañan a sus padres a la ciudad para trabajar en casas particulares cortando césped y en trabajos ambulantes en las calles más transitadas de la ciudad.
En otras partes, específicamente en los mercados Medina Concepción, El Dandy y Guamilito, cierto sector de padres de familia que son dueños de negocios de la zona se ven obligados a que sus hijos se queden trabajando junto a ellos debido a la demanda de clientes en la zona.
De esta forma se convierten en trabajadores a su corta edad y a la vez se alejan de la oportunidad de recibir educación.
Flagelo
El trabajo infantil es una de las mayores causas de deserción en la zona norte de Honduras, según las autoridades de la Dirección Departamental de Educación de Cortés.
Por tal razón, cientos de menores de la ciudad desfilaron ayer para alzar la voz en busca de la erradicación del trabajo infantil, principalente en San Pedro Sula.
Alumnos de centros de educación básica, donde la incidencia del trabajo es frecuente, protagonizaron marchas en diferentes partes y finalizaron frente a la Municipalidad sampedrana.
Vulnerabilidad
El 71.3% de los niños proviene de hogares en situación de pobreza; 5.3% de hogares en pobreza extrema y 23.4% de hogares considerados como no pobres.
En la zona Rivera Hernández cientos alumnos de colegios y escuelas marcharon simultáneamente para celebrar el Día del Estudiante y a la vez pedir un alto a la violencia que impera en su sector.