09/07/2025
10:26 AM

En improvisada galera inician clases en aldea de El Merendón

Una galera de madera y lámina es la escuela adonde los niños asistirán a diario. Padres de familia piden ayuda para construir el centro escolar.

    San Pedro Sula, Honduras.

    La vocación de enseñar y las ganas de aprender es lo que impulsa al docente José Raúl Méndez y a sus alumnos a iniciar el año escolar en una galera construida con seis horcones y media docena de láminas de zinc en la aldea El Porvenir de El Merendón.

    Esa es la escuela Héctor Portillo Valle, donde los 25 niños de El Porvenir y la aldea aledaña Miramar iniciaron sus clases el 1 de febrero.

    La precariedad en la aldea se ve reflejada con la improvisada choza que los padres de familia reconstruyeron para que sus hijos tengan acceso a la educación, luego de que el año anterior los fuertes vientos en la zona destruyeran un aula similar.

    Los pobladores hicieron un llamado a las autoridades educativas, al Gobierno y la empresa privada para que les ayuden a construir un centro digno donde los alumnos puedan recibir sus clases.

    También piden una plaza para el docente Méndez, pues “los maestros que han llegado solo trabajan dos meses y se van”, indicó José Santos Arriaga, presidente de la asociación de padres de familia.

    Cada año, la población escolar aumenta. De los 80 habitantes de las dos aldeas, la mitad son niños menores de 12 años.

    Los niños deben trasladar las sillas y los libros a sus casas para evitar que el viento y el agua los arruinen.
    Clases

    Los pequeños llegaron con una sonrisa en su cara, contentos de iniciar el año escolar, pues para ellos la mala condición en la que reciben el pan del saber no es obstáculo para aprender.

    Edwin Omar Arriaga (12 años) cursa el segundo grado y dice que está feliz de volver a la escuela y retomar las clases. “El año pasado empecé a leer y este espero aprender más”, comentó el alumno.

    La mayoría de los niños no está en la edad adecuada para el grado que cursan, debido a que hasta el año pasado la escuela volvió a funcionar, luego de no tener docente desde hace cinco años, relató Magdalena Castro, pobladora.

    Docente

    Gracias a la petición de los aldeanos, las autoridades de la departamental asignaron un docente en 2016. El profesor Raúl camina dos horas para llegar a la aldea. A veces tiene que quedarse a dormir por varios días en la comunidad debido al mal estado de la calle. El maestro inició labores en julio pasado mediante contrato y manifestó que para él es un orgullo dar clases a los niños de esa comunidad; sin embargo, “la escuela está olvidada, no tenemos textos ni suficientes pupitres, y los que hay los hemos conseguido con organizaciones o a través de solicitudes que hago por mi cuenta”.

    Los 25 alumnos iniciaron el año escolar con alegría.
    Los padres de familia agradecieron la labor del docente que con 24 años asumió el cargo de reabrir la escuela.

    “Antes, los niños viajaban por más de una hora para asistir a la escuela, que está en la aldea La Fortuna; eso era peligroso para ellos, ahora ya tenemos un profesor en la aldea. Solo esperamos que nos construyan la escuela”, explicó uno de los padres de familia.

    Juan Francisco Vargas, habitante de la comunidad, detalló que las autoridades municipales llegaron a revisar la zona y dijeron que el centro se construirá, pero eso pasó hace varios años.

    “Pedimos que nos ayuden, ya que los niños no pueden tener sus clases en esas condiciones. Solo nos dicen que el centro está en planes, pero no nos cumplen”. Cuando llueve, los alumnos deben aguantar las goteras que hay en el techo y el lodo que se produce, así como el frío, agregó. “Construimos la escuela así porque no tenemos dinero para hacerla de material y también porque queremos que nuestros hijos tengan una educación”.

    El docente está orgulloso de enseñar a los niños de la comunidad.