04/12/2025
10:46 PM

'El Domingo de Ramos es un acto público de la fe”

Ángel Garachana, obispo de la Diócesis de San Pedro Sula, llamó a los fieles a estar cerca de Dios.

San Pedro Sula, Honduras

Como lo indica la Biblia en el libro de Juan 12:13, “tomaron hojas de las palmas y salieron a recibirle, y gritaban: ¡Hosanna! Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel”. Como lo enseñan las Sagradas Escrituras, así conmemoraron los católicos el Domingo de Ramos.

Devotos, fieles a su fe, a sus creencias, pero sobre todo a Dios, dieron una vez más una muestra del verdadero significado de la Semana Santa.

Con cantos de alegría y portando sus palmeras en forma de cruz recordaron la entrada victoriosa de Jesús de Nazaret en Jerusalén días antes de su Pasión y Resurrección.

Muchos vistieron de rojo, el color litúrgico del Domingo de Ramos.

“Con esta procesión inauguramos esta Semana Santa. Los verdaderos discípulos de Jesús hoy salimos a las calles, vamos a los templos a proclamar al Señor como Señor de paz”, expresó monseñor Ángel Garachana, obispo de la Diócesis de San Pedro Sula.

La fiesta católica en la capital industrial del país inició en el Instituto María Auxiliadora a las 8:00 am, donde se bendijo el primer grupo de ramos.

De ahí partieron los fieles en la procesión camino a la catedral San Pedro Apóstol, portando mensajes como “Jesús es el príncipe de la paz”.

Las calles sampedranas se llenaron de cientos de discípulos seguidores del Mesías. Entre ellos, Salomón Romero Soler, quien lleva más de 70 años participando en la procesión.

Fueron sus abuelos y padres quienes le inculcaron los principios cristianos y él ha seguido la tradición cada año desde la primera vez que se involucró en una procesión en 1940.

“Dios me ha hecho el milagro de estar todos los años. Aquí -en la iglesia- he encontrado todo y jamás lo cambiaré, mi padre decía ‘solo un ignorante cambia a Dios’”, expresó el hombre de 85 años.

Romero portaba cinco ramitos en nombre suyo y de su familia. Su anhelo es que sus seis hijos y 48 nietos sigan los pasos de Jesús. “Ellos no pudieron venir y me pidieron que trajera sus ramos”, comentó Romero.

“Para nosotros es una gran bendición porque recordamos la entrada del Señor. Es un camino que hemos recorrido por 40 días para tratar de mejorar nuestras vidas”, expresó Aracely de Gonzales, quien esperaba la bendición del ramo en la catedral.

El mensaje

En el Domingo de Ramos participaron familias enteras que llegaron de todas partes de la ciudad.

La catedral San Pedro Apóstol fue insuficiente para albergar a los cristianos. Algunos esperaron fuera del templo para recibir la bendición de los ramos.

Garachana expresó en su mensaje que el Domingo de Ramos es “un acto público de la fe. La fe que proclama a Jesús como el Señor de la paz, pacífico, humilde, sin violencia. Honduras necesita levantar los ramos de la paz y quien participa en la celebración es porque tiene fe en Jesucristo y lo aclama, pero eso solo lo pueden hacer los labios de los que creen”.

El obispo exhortó a la Iglesia a vivir una Semana Santa en familia, con unión con el prójimo, pero sobre todo cerca de Dios.

“Podemos vivir la Semana Santa sin Dios, contra Dios y con él. Los animo a vivir esta semana con él. Los que estamos acá ya estamos diciendo con la presencia que aceptan vivir una Semana Santa con el Señor”.

Monseñor recordó que la consigna de 2014 es “Cristo, nuestra paz” y añadió que “quien viva la Semana Santa de verdad, con Dios, va a terminar con paz en su corazón, reconciliado con Dios. La Semana Santa tiene una dimensión profundamente humana porque recogemos todo el dolor humano, el sufrimiento, pero también el amor a la vida y la esperanza”.

Tras el mensaje, monseñor bendijo los ramos de los fieles que continuaban llegando a la iglesia.

Santa Bárbara y La Ceiba

En Santa Bárbara también vivieron la Semana Mayor con fervor religioso

Más de mil feligreses comenzaron la caminata desde el barrio Abajo hasta la iglesia católica en el centro del municipio.

Ahí recordaron la entrada del hijo de Dios en Jerusalén.

El padre Ricardo Padilla dio inicio a la procesión con la bendición de los ramos de palma y junco que sostenían niños, jóvenes y adultos.

El sacerdote también convocó a las familias a vivir estos días en paz y regocijo espiritual.

En La Ceiba, los fieles se unieron a este día conmemorativo. Los ceibeños se reunieron desde temprano en la avenida San Isidro para conmemorar el tradicional Domingo de Ramos.

Con ramas de palmera en las manos, los efusivos asistentes cantaron alabanzas y se unieron en oraciones para enaltecer al Divino Creador y al señor Jesucristo.

El obispo de la Diócesis de La Ceiba, Miguel Lenihan, presidió la ceremonia en la que se realizó la esperada bendición de los ramos.

Acompañado por el coro de la iglesia San Isidro, el prelado lideró la marcha que los llevó a la Escuela Bilingüe La Ceiba, donde continuaron los actos.

Y como en Jerusalén la multitud aclamaba a Jesús como el Hijo de Dios, así lo hicieron ayer en cientos de rincones de Honduras.