25/04/2024
12:50 PM

Conozca a don Jorge Rivera, el rey de las orquídeas en Honduras

El limeño Jorge Rivera lleva 25 años cultivando y cosechando orquídeas. A sus 72 años su experiencia y pasión lo mantienen entretenido.

Seducen, son bellas y exóticas. Son las orquídeas de don Jorge Rivera que con su aroma a chocolate y otras a perfume han servido para conquistar corazones.

El reloj marca las 6:00 de la mañana y la faena comienza para este limeño de 72 años, quien con mimos y cuidados a sus “chicas” ha logrado tener más de 200 variedades de orquídeas. “Como están bonitas les daré comida, pero quiero que florezcan hermosas”. Sus palabras parecen mágicas y como recompensa cada día sus orquídeas lucen espléndidas, embelleciendo cada parte de su pequeño jardín. “Han venido hombres a buscarlas para agradar a sus novias o esposas”, dice, mientras habla de la pasión que lo mueve por esta flor.

Desde temprano se levanta, acude a su patio y examina a cada una de ellas, comprueba si están creciendo y las rocía con agua, pero su impresión más gratificante es cuando las ve florecer, pues esta experiencia la disfruta solo una vez al año.

Este hobbie comenzó desde hace 25 años cuando se jubiló, su experiencia es amplia por el trabajo que desempeñó por muchos años en la Fhia (Fundación Hondureñas de Investigación Agrícola) al lado del científico norteamericano Phill Rowe.

Este hombre de tez clara, delgado, pero muy conocedor de las plantas, recuerda que fue una orquídea blanca con amarillo de nombre Dendrobium farmeri que lo cautivó. “Me encantó desde la primera vez que la vi, de allí comencé a dedicarme a las orquídeas. Empecé con la polinización y surgió esa pasión, poco a poco he aumentado las variedades, es de tener paciencia, pero vale la pena”.

Rosadas, amarillas, moradas o blancas, sus orquídeas son inconfundibles y trata de etiquetarlas con su nombre científico, aunque algunas no lo tienen porque como agradecidas por los cuidados que les proporciona han surgido sin él darse cuenta. “Hay que ser cauteloso de no echarles demasiado fertilizante porque se envenenan. Las bellotas se podan con tubos de ensayo o por trocitos, pero siempre debe estar la planta madre para obtener el polen”, dice.

La herencia

Su pasión por las orquídeas, una de las más bellas y delicadas de la naturaleza, no tiene límites y piensa seguir cultivando y cosechando esta flor hasta que Dios se lo permita; sin embargo su herencia ya tiene dueño, será su hijo Carlos Alberto, uno de los cinco que tiene, quien al igual que su padre ya adorna su patio con orquídeas.

La popularidad de sus flores se ha propagado, tanto así que llegan desde San Pedro Sula, Choluteca, Cortés y El Progreso para llevar sus bellas orquídeas. “La mayoría de las semillas vienen de Filipinas, pero tengo la orquídea de nuestro país, no todos saben pero su nombre científico es Phyncholaelia digbyana, es una de las que más quiero”. Se estima que en el mundo hay entre 25,000 a 30,000 variedades, aunque cada año surgen nuevas especies. “El tiempo lo comparto entre mi esposa Dolores y mis orquídeas, me siento feliz con lo que hago y Dios dirá hasta cuándo lo haré”, expresó.

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