En la colonia Las Lomas un grupo de unos veinte empleados trabaja constantemente en la confección de ropa femenina para la Fábrica de Textiles Argueta, Fatexa.
ángel Argueta y su esposa Evelyn comenzaron a trabajar con cinco empleados el 16 de agosto de 2000. Cuando abrieron operaciones elaboraban medias, calcetas y calcetines. Pero en febrero de 2004 cambiaron y decidieron confeccionar ropa interior para damas y niñas.
Actualmente tienen cuatro marcas registradas y exportan su producto a varias ciudades de Honduras. También se ha abierto mercado hacia Guatemala y Estados Unidos.
Así como ellos, en este municipio operan otras microempresas que se suman a la industria manufacturera que desde finales de la década del ochenta se convirtió en el principal polo económico y fuente de empleo.
Al otro lado están las grandes maquiladoras, la industria cementera, las fábricas de muebles, la industria de productos químicos, las productoras de harina, las fábricas de cartón, de pvc o la industria farmacéutica. Grandes o pequeños, son quienes representan e impulsan la economía de esta ciudad considerada por algunos como la segunda capital industrial de Honduras.
Polo de desarrollo
Armando Amaya Leclair, director ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industrias de Choloma, dice que “tradicionalmente han existido alrededor de 60 fábricas y unos 35 mil empleos directos generados por las maquilas”.
Como en otras zonas del país, los tiempos de recesión económica mundial y la crisis política interna ha generado descenso en las inversiones e incremento del desempleo: “Desde el año 2008 experimentamos el cierre de empresas y despidos en un 35 por ciento. Sin embargo, dicha situación se estancó y comenzamos a ver una leve recuperación”.
La industria de la maquila dinamizó la economía de este municipio, aunque desplazó a otros rubros que tradicionalmente dominaban: la ganadería y la agricultura.
“Cuando llegan las maquilas Choloma sufre una conversión. La ganadería y la agricultura se deprimieron. Los ganaderos ya no encontraron trabajadores y a esa situación se sumó el abigeo, al grado que entonces se dedicaron a otras actividades”, dice Leclair.
Dinamismo
Vale recordar que Choloma tuvo su época de oro con la industria bananera, la cual culminó en 1937 cuando la sigatoka y la enfermedad de Panamá atacaron las plantaciones.
Durante unos años, de 1919 a 1932, en este municipio se cultivó la caña de azúcar. En ese período se construyó el ingenio azucarero de La Lima, uno de los primeros de su clase en la costa norte.
De la época bananera y del ajetreo de los trenes apenas quedan unos pocos vestigios: una locomotora en el parque central y la estación de Ferrocarril Nacional, cuyo edificio tiene la fecha de 1948, ambos se han convertido en atractivos y testigos de la fiebre del oro verde.
Además, frente a la estación de ferrocarril, la Cámara de Comercio construyó una réplica de El Obelisco que se encuentra en el sector conocido como Trincheras, erigido en homenaje a la lucha librada entre Vicente Tosta y Gregorio Ferrera en 1919.
Además del parque central, los pobladores de esta ciudad acostumbran visitar el mall, construido en 2007, que se ha convertido en un punto de encuentro y de compras.
En las calles se percibe la dinámica del comercio, que representa el 42 por ciento de las tres mil empresas registradas en la cámara de comercio. A pesar de los obstáculos, esta ciudad se mantiene como una de las de mayor crecimiento.
Los retos
La mayoría de las grandes empresas se localizan a la orilla de la autopista que de San Pedro Sula conduce a Puerto Cortés.
Por su posición geográfica, a través de los años diversas inundaciones han causado daños a esta comunidad que siempre sale avante y sigue creciendo y abriendo sus puertas a ciudadanos de variados puntos de la geografía nacional, quienes llegan en busca de mejorar su estilo de vida.
En Choloma hombres como Manuel Pagán Lozano han perpetuado su nombre. Un centro de educación media, localizado en el sector López Arellano, lleva el nombre de este ex alcalde cholomeño.
El crecimiento demográfico representa un reto para las autoridades municipales, pues la ciudad se expande y se incrementa la demanda de servicios básicos, que no siempre se logran cubrir.
Sin embargo, surgen proyectos valiosos como la biblioteca pública Ojacla, que ofrece sus servicios a unos doce centros educativos, principalmente del sector López Arellano.
Potencial
Leclair comenta que hace unos años, junto con la municipalidad, contrataron a un experto canadiense para que realizara un estudio acerca del potencial turístico de Choloma.
“Reveló que la montaña y Ticamaya sí tiene potencial turístico. Lo ideal sería la búsqueda de inversionistas para construir un hotel en la laguna. O crear senderos para aprovechar la naturaleza”, comenta.
