El año 2002 marcó un antes y un después para el ceibeño Allan Padilla. De gerente de operaciones de un supermercado familiar en esa ciudad, ahora dirige el aeropuerto internacional Mariscal Sucre de Quito, Ecuador.
Es ingeniero industrial de profesión y tiene 45 años de edad. Sus estudios los inició en Costa Rica y los terminó en Honduras. Además, tiene dos maestrías, en comercialización y marketing y en gestión y dirección de aeropuertos.
El camino hasta su éxito en otro país, comenzó cuando ejecutivos de Interairports llegaron a buscar a su hermano Mike Padilla para dirigir el aeropuerto Golosón de La Ceiba; sin embargo, al no estar disponible porque se iba a estudiar una maestría, los ejecutivos se decantaron por el joven Allan.
“Yo no sabía nada de aeropuertos, pero tuve la oportunidad de viajar a capacitarme en diferentes partes. Conocí las regulaciones nacionales e internacionales y la administración de aeropuertos”, narró Allan.
Allan Padilla les aconseja a los jóvenes “que luchen por sus sueños, se vale soñar, pero hay que trabajar el doble, esa es la diferencia. Cuando se viene de afuera hay que destacarse. Deben emigrar legalmente para lograr un trabajo de acuerdo a su profesión y esforzarse el doble”.
Su buen trabajo realizado al frente de la terminal aérea ceibeña lo llevó a ser llamado para ser gerente del aeropuerto Ramón Villeda Morales de San Pedro Sula en el año 2009.
“Fue un reto muy interesante porque todo iba creciendo y conocí mucha gente”, recordó Allan.
Pero su éxito no terminaba ahí, ya que la vida le tenía preparado un reto más grande. En el 2012 lo invitaron a participar en un proceso de concurso para seleccionar el gerente del aeropuerto de Quito, Ecuador, con candidatos de otros países.
“Yo estaba en Jamaica cuando ejecutivos de la empresa Quiport, que maneja el aeropuerto de Quito, me invitaron a participar y me dije ‘pues sí, no pierdo nada’. Mi sorpresa fue que me llamaron y me dijeron que había salido favorecido en el proceso y que tenía que presentarme en octubre de 2012”, apuntó Allan Padilla.
El reto era mayor, porque la ciudad de Quito estaba en la etapa de cerrar el viejo aeropuerto. El 20 de febrero de 2013 se abrió la nueva terminal aérea y desde entonces lo dirige él con muy buen suceso.
“Mi paso por este aeropuerto y mi éxito se debe a mi gran equipo de trabajo. Siento que Dios me ha permitido formar buen recurso humano y eso nos ha permitido un verdadero éxito. El apoyo directo del presidente ejecutivo de Quiport y de los accionistas ha sido invaluable, eso ha permitido ser el aeropuerto líder en Sudamérica”.
En junio de 2022, la firma auditora Skytrax, la principal organización que evalúa el servicio que ofrecen aeropuertos y aerolíneas a escala mundial, le otorgó al aeropuerto de Quito el reconocimiento como Mejor Aeropuerto Regional de Sudamérica y Mejor Personal Aeroportuario de Sudamérica.
Estos premios se suman a la calificación de 5 estrellas otorgada al aeropuerto por Skytrax en marzo de ese mismo año y la calificación de 5 estrellas en medidas de seguridad y protección contra el covid-19.
Es el séptimo año consecutivo en el que el aeropuerto de Quito es galardonado como Mejor Aeropuerto Regional de Sudamérica, categoría que incluye únicamente a aeropuertos que tienen su componente principal de conectividad directa dentro de la misma región.
Allan Padilla reside en la ciudad de Cumbayá, situada al oriente de la capital ecuatoriana. En un inicio se instaló solo en Ecuador, poco tiempo después llevó a su esposa Florencia Portillo y a sus tres hijos.
En su tiempo libre Allan Padilla practica su deporte favorito con amigos: el golf. De Honduras extraña la comida, la sopa de caracol, la chuleta y el pescado frito.
Se mantiene en contacto con sus padres, Roberto Padilla y Florencia de Padilla, así como con sus hermanos. Se considera un hijo muy apegado a su familia, es por eso que visita a sus padres en La Ceiba unas tres veces al año, quienes a su vez también viajan a Ecuador a visitarlo.
